Una estela que formó parte de Galicia no Tempo se oculta en una sacristía
09 dic 2014 . Actualizado a las 04:59 h.La iglesia parroquial de San Martiño de Río, en Láncara, tiene dos joyas romanas, una en el exterior y otra en el interior, que están ocultas para el gran público y que muestran que la comarca tuvo su relevancia en la historia de los asentamientos en época romana.
La pieza más destacada es una estela a la que los investigadores le habían perdido la pista tras haber formado parte de la ya legendaria exposición Galicia no Tempo, celebrada en San Martiño Pinario, en Santiago, en 1991. El historiador Xabier Moure visitó hace unos días el templo lancarino y pudo comprobar que la estela formaba parte del muro del cierre exterior. Se retiró hace más de 20 años para llevarla a la exposición de Santiago y en la actualidad está encastrada en un muro de la pequeña sacristía. «Trátase dunha estela de granito incompleta que representa no interior dun cadro moldurado a dous persoeiros, ao da esquerda fáltalle gran parte da figura, e o da dereita, co rosto moi borroso e sen un anaco de cabeza, viste unha toga e sostén sobre os xeonllos unha especie de cartela», explica Moure.
Epígrafe
Por otra parte, la segunda pieza que hay en la iglesia de Río es un epígrafe en una placa funeraria en mármol gris situada en el exterior de la iglesia, con una inscripción con nombres indígenas y nombres romanos.
Para el historiador Xabier Moure, la aparición de estas dos piezas en el mismo lugar «fan pensar na existencia dun posible taller escultórico na zona en época tardorromana, aínda que non se sabe se vinculado a Lucus Augusti ou ás villae romanas documentadas na contorna».
Este investigador del pasado lucense «é unha pena que despois da exposición de Galicia no Tempo non fora depositada no Museo Provincial de Lugo para que todo o mundo tivera acceso a ela, e se optara por encastrala na diminuta sancristía (onde tamén está a caldeira da calefacción) da igrexa, sempre pechada, agás algún domingo e só polo tempo que dura a misa».
patrimonio dos piezas en el olvido