Los niños de Albeiros aprendieron a convertir el perro en su mejor amigo

laura lópez LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

Un equipo de veterinarias explicó cómo cuidar y comportarse con canes

11 abr 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Los perros pueden llegar a ser tiernos, dulces y juguetones, sobre todo de cachorros, toda una atracción para los niños. Pero no son juguetes. En ello insisten una y otra vez desde las clínicas veterinarias y protectoras. Por eso, el Colexio Oficial de Veterinarios de Lugo organiza unas charlas dirigidas a niños de 5 a 7 años. En ellas dan nociones básicas sobre cómo tratar a un perro en casa y sobre cómo actuar con los canes de la calle. Todo de forma amena, incluyendo lecciones prácticas con perros. Ayer empezaron en el colegio de Albeiros, y la experiencia fue muy positiva.

Los pequeños estuvieron muy participativos y asimilaron enseguida los consejos y enseñanzas que les transmitió Adriana Méndez, que estuvo acompañada por Silvia Valverde, María Suárez y Susana Masaguer, todas ellas profesionales del hospital veterinario Aceña de Olga. Contaron también con la visita de dos seres muy especiales, Nube y Mopa, un maltés y un puli que derrocharon ternura con los pequeños y que les sirvió a muchos para perderle el miedo a los perros.

Según explicó una de las profesoras de Albeiros, estas charlas son importantes porque enseñan a los pequeños «como reaccionar ante os animais e como coidalos. Ao vir expertos, e con mascotas, aprenden mellor».

Evitar los abandonos

Adriana Méndez, la veterinaria que dio la charla, señaló que los niños son el futuro y, por ello, es importante mentalizarlos sobre los animales, «porque el porcentaje de abandono crece, sobre todo en tiempos de crisis», explica. Aun así, en su opinión los niños «muchas veces tienen más conciencia sobre lo que se debe y no se debe hacer, y son una buena correa de transmisión de estos consejos a sus propios padres», añadió.

Lo que les quedó claro a los pequeños ayer es que los perros necesitan muchos mimos y cuidados, pero también que se respete su espacio. «No son un juguete y, por supuesto, nunca deben abandonarse. Si los tratáis bien, veréis que se convertirán en vuestros mejores compañeros y amigos», señaló Méndez.