Cuentos de niños para engatusar y robar a los mayores que viven solos

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

GUITIRIZ

Vecinos de Guitiriz reciben visitas de extraños para darles supuesta información o pedir limosna

04 oct 2016 . Actualizado a las 14:33 h.

Para conseguir robar algo de dinero, en cantidades que resultan variables, viene bien una historia, sobre todo si se intenta engañar a personas mayores que viven solas. Hay que contar que se ofrece información o asesoramiento, hay que presentarse con aspecto lastimero y pedir limosna para una emergencia familiar...

Los argumentos son variados; pero se han puesto en práctica, con resultados diferentes, en la zona rural del municipio de Guitiriz en las últimas semanas. En algunos casos se han empleado en días pasados, y siempre han sido personas de edad más o menos avanzada las implicadas en esas situaciones.

ASESORAMIENTO

Desconocidos que brindan asesoramiento para obras. Un vecino de la parroquia guitiricense de Labrada vio en días pasados cómo dos desconocidos, dos hombres de mediana edad, llegaban a su casa en un coche. Uno de ellos se bajó del vehículo, y se puso a explicarle, bolígrafo y carpeta en mano, que iba a ofrecerle información sobre cómo tramitar ayudas públicas para rehabilitar su vivienda. El hombre no quiso saber nada de los trámites porque esa actitud le pareció sospechosa, y los desconocidos no tuvieron más remedio que marcharse.

 COMPASIÓN

Lesiones fingidas como reclamo. En esa misma parroquia una mujer que cojeaba al andar llegó a una casa pidiendo limosna. Los residentes de la vivienda se compadecieron de ella y le dieron un donativo de dos euros; pero también averiguaron algo más en cuanto se alejó un poco: descubrieron que la cojera era fingida, porque la mujer empezó a andar normalmente.

 MENCIÓN A GRAVES MALES

Operaciones de niños como excusa. La misma mujer que fingió ser coja para despertar compasión visitó una casa cercana unos días después, acompañada de un hombre. La solicitud era más tremenda, porque pedía ayuda para una complicada operación quirúrgica: se trataba nada menos que de separar a dos hijos suyos que habían nacido juntos. En la casa vive un matrimonio mayor que pareció sentir lástima por la situación, y el marido subió al primer piso en busca de dinero. Cuando bajó, llevando consigo un billete de 50 euros y otro de 10, vio que los visitantes que estaban en la entrada de la vivienda ya habían entrado. Algo ya debió sospechar, porque les dijo que no podían estar dentro. Acabaron yéndose, pero antes lograron quitarle el billete de 50 euros.

 DESCUIDOS

Hurtos cuando la vivienda está vacía. Otra casa de esta misma parroquia sufrió recientemente un robo de dinero en metálico. Aprovechando que el único residente, un hombre más bien mayor, no estaba en la vivienda, una o varias personas entraron y se llevaron 200 euros. Que el móvil era sobre todo económico parece claro, puesto que cogieron 100 euros guardados en la cartera y otros 100 metidos en un sobre. En Labrada, en el verano del año pasado, ya se dio un caso algo parecido, pues se robó dinero en metálico en una casa, aprovechando que estaba vacía, sin que se tocase ninguno de los objetos de valor guardados en las distintas habitaciones.

 VISITA FRUSTRADA

Sospechosos a la fuga en Xermade. Hace varios días, en la parroquia xermadina de Cazás, distante pocos kilómetros de la de Labrada, tres personas se acercaron a varias casas. Llegaron a media tarde en un coche, pero había gente fuera y los visitantes debieron de intuir que los vecinos desconfiaban de sus intenciones. Tras merodear un rato, se fueron sin llegar a bajar del coche.

Viviendas apartadas son el principal objetivo de estos forasteros

Una de las ventajas que ofrece Labrada para estos visitantes es que se trata de una parroquia con una población bastante dispersa, sin barrios de cierta entidad que sí hay en otras zonas de Guitiriz o de municipios cercanos. Esa situación hace que los que llegan a las casas, habitadas por personas mayores, para ofrecer todo tipo de información, más o menos veraz, y para conseguir a su vez datos de quienes viven en ellas tengan menos probabilidad de ser descubiertos por otros vecinos.

En esta parroquia, además, ya se dieron otros casos en este pasado verano, con forasteros que presentaban ofertas para determinados servicios en condiciones económicas ventajosas y que incluso, en algún caso, llegaron a conseguir datos de personas mayores.