El mastín se adapta a la Terra Chá

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS LUGO / LA VOZ

COSPEITO

PALACIOS

Un ganadero de Cospeito usa perros traídos de zonas montañosas de León, y pretende preparar camadas

20 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El mastín es un perro habitual en el cuidado de ganado y está acostumbrado a defender rebaños en los que el lobo es una de las principales amenazas; su presencia resulta frecuente, por ejemplo, en Castilla y León. Pero si uno tiene ganado y ha sufrido algún ataque de lobo, pensar en el mastín como forma de protección también es una decisión comprensible a este lado de Pedrafita.

Así actuó un ganadero de Cospeito, Víctor Piñeiro, que reconoce que un ataque a varias ovejas suyas lo animó a dar ese paso. Parece evidente que no se arrepintió, pues al primer mastín, que tiene cuatro años, le siguió otro, que ahora tiene uno. Incluso parece bastante probable que la cifra aumente, puesto que cuenta con traer una perra para tener en su explotación partos de los que nazcan nuevos animales.

Piñeiro asegura que si se quiere tener buenos mastines, resulta casi inevitable ir a comprarlos a Castilla, no solo porque en la vecina comunidad sea un animal bregado en el trabajo contra el lobo sino porque se dispone de más experiencia. En Galicia, dice, «non hai xenética de selección de razas como, por exemplo en Castela».

El problema no parece estar solo en un escaso trabajo genético. «En Galicia -continúa Piñeiro-, aínda hai a cultura de ter o can na palleira, atado, e de darlle as sobras. ¿Canta xente gasta cartos en desparasitalo?». Piñeiro también lleva tiempo interesado en el papel del perro border collie para el manejo del ganado, y aporta datos que non son precisamente atractivos para los que no quieran gastar: en Francia, afirma, un border collie, «se é bo», puede costar unos 6.000 euros.

 Unos mil euros

Un mastín como los que él tiene puede valer unos 1.000 euros. Piñeiro admite que compró el primero «sen moito coñecemento», aunque agrega que sucesivos viajes lo ayudaron a familiarizarse algo con ese mundo. Los perros fueron comprados a ganaderos que manejan rebaños de casi un millar de ovejas: andan por la zona de Babia mientras el buen tiempo lo permite, y se mueven a comarcas más bajas cuando aparecen los rigores invernales.

Piñeiro subraya que el mastín, si se prepara «como é debido», es muy eficaz. ¿Quiere eso decir que comprarse uno o varios mastines ya supone una solución definitiva? El ganadero a fin de cuentas es gallego, así que su respuesta va acompañada de algunos matices: «Todo depende dos lobos que haxa, dos ataques...», dice. En un combate cuerpo a cuerpo el lobo tiene una más que probable ventaja, por lo que el perro cumple otras funciones: «O mastín é un animal disuasorio para que o lobo tome precaucións e non se achegue», explica.

 «Dentadura perfecta»

Lo que no parece preciso es darle al mastín un entrenamiento especial aunque vaya a actuar en fincas chairegas y no en las montañas leonesas. Lo que se necesita, según el ganadero, es que el perro sea robusto, «con boa cabeza e dentadura perfecta», en la que los dientes superiores encajen con los inferiores. Un mastín, que para Piñeiro es una «boa garantía» contra el lobo, puede vivir unos doce años, aunque su longevidad también tiene, lógicamente, relación directamente proporcional «co traballo que se lle dea» en el cuidado de los rebaños.