Gran mortandad de ameneiros en Lugo en diez años por una plaga

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS LUGO / LA VOZ

COSPEITO

CARLOS CASTRO

La provincia acusa los efectos de la «phytopthora infestans», que se notan de manera notable en la cuenca del Miño y cuyas consecuencias son muy graves

20 feb 2017 . Actualizado a las 07:50 h.

El ameneiro se muere en Lugo y las perspectivas inmediatas parecen tan negativas como ha sido el pasado reciente. Aunque resulta un poco difícil establecer porcentajes en una situación como esta, parece bastante ajustado establecer que casi la mitad de los ameneiros de la provincia han ido desapareciendo en los últimos diez años.

La causa está en la plaga del hongo denominado phytophtora infestans, que afecta de modo general al noroeste peninsular pero que en Lugo se refleja de manera destacada. La cuenca del Miño en general resulta muy perjudicada por esa situación, que se arrastra por una cuestión que explica Pablo Ramil, profesor de la Universidade de Santiago en el campus de Lugo: «No hubo un plan de actuación concreto», asegura el docente. «Una actuación fuerte, llamémosle global, no ha habido», reconoce Ramil, convencido de que los problemas de una plaga como esta son prácticamente inevitables si no se controlan en la fase inicial.

Esa situación, caracterizada por la adopción de «escasas medidas», ha conducido a un panorama en el que el ameneiro parece llamado a perder gran parte de su protagonismo, lo que hace necesario, dice Ramil, pensar en la ampliación de la plantación de otras especies: freixos o salgueiros son algunas de las que pueden utilizarse para compensar esa disiminución.

La importancia del ameneiro es variada, afirma Ramil. Por un lado, la presencia de vegetación de ribera actúa como barrera en casos de fuertes lluvias y evita arrastres de terrenos; por otro, contribuye a rebajar la contaminación de aguas fluviales, ya que retiene sustancias como el purín, que así llegan a los ríos en menor porcentaje. Además las hojas de ameneiro son un elemento muy importante en la alimentación de invertebrados -Ramil cita, como ejemplo destacado, las larvas de libélula- que constituyen a su vez una de las partes principales de la alimentación de las truchas. Ramil subraya que si faltan esos elementos, «las truchas lo acabarán pagando».

Otro detalle importante es la contribución de la vegetación de ribera a evitar que el agua de cauces fluviales soporte un aumento de temperatura que pordía ser perjudicial. Ramil recalca que esa situación no solo sería grave en los ríos sino que también se refiere a lugares como la laguna de Cospeito. Su pronóstico no deja lugar a dudas sobre el futuro: «El ameneiro no volverá a lo de antes», dice.