En Lugo cada vez somos menos y más concentrados entre la capital y A Mariña

El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó ayer los últimos datos del censo de población por municipios a 1 de enero del 2016, que si se comparan con doce meses antes, la pérdida de población fue de 2.859 lucenses. Se trata de la cifra oficial que manejarán todas las Administraciones como referencia, por ejemplo para recibir fondos del Gobierno o para el reparto de ediles, aunque en este caso no hay alteración. El análisis de los datos confirma la tendencia de pérdida de población y algunas singularidades que hacen de Lugo una provincia con un futuro poco prometedor en cuanto a la demografía, y por extensión, en su desarrollo económico.

solo suben tres concellos

Lugo capital sostiene la caída. La diferencia de población en la provincia solo ha sido positiva en tres concellos: Foz y Ribadeo, que se acercan a los diez mil habitantes, y Lugo, que sigue manteniendo su continua subida desde que empezó el siglo, como aglutinador de la emigración interior que se produce en la provincia desde hace décadas. El mayor impulso lo vivió a inicios de la pasada década, con el bum de la construcción, la llegada de inmigrantes y el asentamiento de lucenses que llegaron de otros municipios. La crisis económica detuvo el imparable ascenso que estuvo a punto de llevar a Lugo a los cien mil habitantes. Aun así, la capital ha seguido aumentando su censo levemente, lo suficiente para superar a Santiago. Hay un cuarto concello que aumentó su demografía: un vecino más en Negueira de Muñiz, pero sus cifras de población tan bajas hacen que sea un dato poco significativo. Con respecto a términos relativos, la provincia de Lugo tuvo una variación negativa de población del -0,84%, de las más altas de España, aunque no tanto como las provincias de León (-1,21%), Ávila (-1,46%), Zamora (-1.65%), Teruel (-1,41%), Segovia (-1,22%), Ourense (-1,11%) o Alicante (-1%).

comparativa con galicia

Las áreas metropolitanas de Vigo y A Coruña, más pobladas que los 67 concellos lucenses. Hay datos demoledores que demuestran la pérdida del peso demográfico de Lugo con respecto al resto de Galicia. Solo en los concellos de Vigo y sus anexos de Redondela y O Porriño viven 341.947 habitantes, siete mil más que en los 67 concellos de Lugo. Otro dato. En A Coruña y su área metropolitana (Arteixo, Culleredo y Oleiros) viven 339.868, tres mil más que en la provincia lucense. Hay censados más habitantes en Bilbao, Murcia, Las Palmas y casi en Alicante o en Córdoba que en toda la provincia lucense.

pierde fuelle el área metropolitana de lugo

Bajan las cabeceras de comarca. Desde que comenzó el siglo XXI, concellos como Outeiro de Rei (también condicionado por la prisión de Bonxe), Rábade y Castro de Rei aumentaron o mantuvieron la población, al recibir habitantes de Lugo o excedentes que llegaban a la capital. Desde hace unos años ya no sucede este fenómeno demográfico. Ni siquiera O Corgo, Guntín o Friol aportan más habitantes al área metropolitana. También es llamativa la bajada de población en cabeceras de comarca que en la pasada década no paraban de aumentar de población, como Sarria, Viveiro o incluso Vilalba.

población concentrada

Cinco concellos concentrancasi la mitad de población. Lugo, Vilalba, Sarria, Viveiro y Monforte, municipios que superan los diez mil vecinos, suman 160.629 habitantes, casi la mitad de toda la población de la provincia. Si se añadiese Ribadeo (a solo 28 de los diez mil), ya serían más de la mitad. Este dato demuestra que en Lugo se concentra cada vez más la población en pocas cabeceras de comarca y en la capital provincial, mientras pierde en los concellos medios, los 28 que tienen entre 2.000 y 5.000 habitantes.

monforte, un hecho histórico

Por debajo de 19.000 habitantes. Hace tres años, el Concello de Monforte llegó a lanzar una campaña para recuperar el listón psicológico de los 20.000 habitantes en el que se movió la cabecera de Lemos durante años. Aquella campaña fracasó e incluso según el INE se ha producido un dato histórico, al menos insólito en el último siglo: Monforte bajó de los 19.000 habitantes. El crecimiento vegetativo en el 2015 monfortino fue muy negativo, con 316 fallecimientos frente a 122 nacimientos. Por ejemplo, Lugo también tuvo un crecimiento vegetativo negativo, de 207 más muertes que nacimientos, pero aumentó su población porque fue capaz de atraer a lucenses de otros municipios o recibir a inmigrantes.

más muertos que nacimientos

Solo hubo un concello con más niños que fallecidos. Se trata de Burela, con un saldo positivo de 15. Meira (-2) y Rábade (-4) casi lo logran. Por la contra, además de los ayuntamientos más poblados, es significativo el dato de lugares como Chantada, con -104 de crecimiento vegetativo. La tendencia es imparable hacia la baja. En el primer semestre del 2016 fallecieron 2.612 lucenses y nacieron 1.037 niños, un saldo negativo de -1.575. Con este dato, es de suponer que la pérdida de población en el 2016 será irreversible. La tasa de mortalidad de menores de 1 año de edad es del 4,63, solo superada por Ávila, con el 5,09. El consuelo es que en 1995 era del 8,62, también de las más altas del Estado. Con respecto a la esperanza de vida, sí hubo un aumento considerable. Los niños que nacieron en el 2015 en Lugo, su esperanza es de 82,4 años, mientras que en 1975 era de 72,5 años. En cuatro década, aumentó diez años.

más mujeres que hombres

En 29 concellos es al revés, especialmente en la Montaña. La provincia, al igual que sucede en España, tiene más mujeres (173.373) que hombres (163.154). Pero una de las singularidades de la provincia de Lugo con respecto a otros lugares del Estado es el mayor porcentaje de hombres que de mujeres en municipios del ámbito rural y, especialmente, en la Montaña. Si en el 2013 había 24 concellos con más hombres, en el 2015 aumentó a 29 municipios. Hay ayuntamientos con diferencias muy significativas: Cervantes (194), A Fonsagrada (146), Navia de Suarna (146) o Baralla (96). Outeiro de Rei tiene 131 más hombres que mujeres, pero se debe a los reclusos de Bonxe. El motivo de este desfase se debe a la emigración femenina de los municipios rurales, mientras que se quedan más hombres en la casa paterna.

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