Polémica por la reforma de una iglesia de Becerreá autorizada por la Xunta y calificada de «chapuza»

Suso Varela Pérez
suso varela LUGO / LA VOZ

BECERREÁ

El colectivo patrimonial de Os Ancares cree que la restauración era urgente, pero debería «facerse con xeito», y ponen en duda el aspecto estético del resultado final

17 mar 2016 . Actualizado a las 08:31 h.

La reforma de la iglesia de Tortes, en Becerreá, no ha dejado indiferente a nadie. El colectivo Patrimonio dos Ancares presentó un escrito ante la Xunta denunciando lo que califica de «chapuza» mientras que los vecinos que encargaron la reforma del templo, del siglo XVII, recuerdan que había graves peligros de derrumbe y los trabajos fueron autorizados tanto por el Obispado de Lugo como por parte de la Xunta.

Las reformas afectaron al pórtico y al campanario de la iglesia, «que foron revocados exteriormente con cemento e logo pintados de branco; mentres o interior do pórtico só con cemento», explica el historiador del colectivo ancarino Xabier Moure. Pero el despropósito de la «restauración» llega al extremo, explica Moure, «que nos ocos do campanario foron enmarcados dous con pedra á vista, dous con parte de cemento pintado de gris e parte con pedra, e un todo de cemento pintado de gris. E das tres ventás que hai no corpo inferior da torre, unha quedou tapiada». El colectivo patrimonial de Os Ancares cree que la restauración era urgente, pero debería «facerse con xeito», y ponen en duda el aspecto estético del resultado final: «Mirar para a igrexa, asusta».

El arquitecto Jesús Bouza -que ejecutó las obras, con el permiso de la diócesis y de Patrimonio- defiende que la actuación no solo fue legal, sino que adecuada «dado el estado de deterioro, por lo que primó recuperar la estabilidad y seguridad por encima de todo». Señala que la iglesia tuvo numerosos cambios a lo largo de sus más de trescientos años. «Cuando actuamos ya fue sobre un templo muy alterado, al que se le había aplicado cemento y forjados intermedios de hormigón. Ojalá tuviese la cubierta de madera original, pero ya era de cemento», explica Bouza. Este arquitecto, contratado por los vecinos de la parroquia para hacer las obras, reconoce que el pintado en blanco puede ser opinable, pero pasó todos los informes favorables y estaba en la memoria técnica presentada. «¿Se podría usar más piedra? Se ha hecho una intervención proporcionada para el dinero que tenían los vecinos y para evitar la caída de la torre, dañada por los terremotos», explicó Bouza