El acusado del atentado en el Concello de Baralla acepta 7,5 años de cárcel

Efe MADRID

BARALLA

El fiscal pedía 27 años para el miembro de Resistencia Galega, Raúl Agulleiro, que alcanzó un acuerdo de conformidad renociendo su participación

06 jul 2016 . Actualizado a las 14:33 h.

El miembro de Resistencia Galega Raúl Agulleiro Cartoy se ha conformado hoy con una pena de siete años y medio de cárcel por la colocación de un artefacto explosivo en 2014 en la puerta del Ayuntamiento de Baralla (Lugo), que al estallar causó graves daños en la sede del Consistorio y en sus aledaños.

Antes de la celebración del juicio en la Audiencia Nacional, el acusado ha alcanzado un acuerdo de conformidad con la fiscal Ana Noé, que pedía para él 27 años de cárcel, a cambio de reconocer su participación en ese atentado y de firmar una «renuncia a la utilización de cualquier medio violento para la consecución de fines políticos», según han informado fuentes jurídicas.

De este modo, la sección primera de lo Penal de la Audiencia Nacional condenará en sentencia a Agulleiro a tres años de cárcel por un delito de pertenencia a organización terrorista, a otros 3 años por tenencia de explosivos y a un año y seis meses por daños terroristas (delito que la fiscal ha modificado por el de estragos). Una vez haya extinguido la condena de cárcel, que comenzó a cumplir al ingresar en prisión preventiva tras su detención días después del atentado, en octubre de 2014, deberá permanecer un año en situación de libertad vigilada.

Además, se le condena también a seis años de inhabilitación absoluta y a indemnizar a los perjudicados por los daños del atentado, valorados en 222.488 euros.

Según el escrito de acusación de la fiscal, Agulleiro, que fue condenado en septiembre de 2012 por delito de atentado a un año y medio de cárcel, integraba la organización terrorista Resistencia Galega cuando a finales de septiembre de 2014 decidió atentar contra la casa consistorial de Baralla mediante la colocación de un artefacto explosivo.

Para ese fin, «con la colaboración de terceras personas no identificadas», tenía escondidos cuatro aparatos explosivos en una construcción en ruinas en la zona boscosa de O Pedrouzo, en O Pino (A Coruña), adonde se dirigió el 21 y el 30 de septiembre de 2014. Sobre las 00.30 horas del 1 de octubre, el acusado abandonó su domicilio en Santiago de Compostela en el Volkswagen Golf de su padre y en el que transportó el artefacto explosivo hasta Baralla. Una vez allí, colocó la bomba en la puerta de entrada del Ayuntamiento sobre el peldaño que da acceso al inmueble y lo programó para estallar sobre las 04.45 horas.

El aparato, que consistía en una olla exprés cargada con cuatro kilos de pólvora negra, perclorato potásico y aluminio y un sistema de iniciación con un retardo de relojería, explotó a esa hora, «causando graves daños, con arrancamiento y destrucción total de la puerta de entrada» así como en el suelo, muro de la fachada, columnas del soportal, ventanas, falsos techos y en el mobiliario.

Agulleiro fue detenido dos días después por estos hechos y en el registro de su domicilio de Santiago de Compostela se le intervino un plano de Pontevedra con anotaciones manuscritas y marcas de lugares como sedes del PP, el Ayuntamiento, la Residencia Militar y otros edificios oficiales. Además, se hallaron en formato digital archivos con instrucciones para la manipulación de artefactos del mismo tipo que hizo explosión en Baralla, así como información sobre potenciales objetivos de ataques terroristas. También fueron intervenidos distintos documentos de Resistencia Galega, como una guía de apoyo a la lucha, un diccionario de sustancias explosivas y el «Manifiesto por la Resistencia Galega». En su vehículo se hallaron bolsas de basura iguales a las que había en el zulo y guantes de látex, y los perros detectores de explosivos avisaron de la existencia de rastros de ese material.

A finales de 2014, en una página web vinculada a Resistencia Galega «A Fouce-Voz Da Resistencia Galega», se hizo referencia al atentado contra el Ayuntamiento de Baralla y al hallazgo del zulo en O Pedrouzo, «considerándolas acciones realizadas dentro de la actividad de a organización», destaca la fiscal.