Pagar por visitar la catedral, una moda cada vez más extendida

Marta de Dios Crespo
MARTA DE DIOS LUGO / LA VOZ

LUGO

ALBERTO LÓPEZ

Lugo se ha sumado a la corriente mayoritaria de templos que hace caja con el turista

24 ago 2019 . Actualizado a las 19:12 h.

Hace semanas que Lugo cobra por visitar su catedral. La medida, aunque controvertida, forma parte de una corriente cada vez más extendida en los templos españoles. De los cerca de 60 que hay en el país con categoría de catedral, más de 40 hacen caja gracias al turista. En la capital amurallada, el visitante paga cinco euros por la entrada básica, que incluye: altar mayor, girola, claustro, museo y subida a la torre.

La mayoría de las catedrales de España que exigen al viajero la compra de un billete, ofrecen un servicio extra vinculado con el turismo: audioguías, acceso al museo catedralicio, claustro o pase para otros puntos de interés con carga monumental. Otras muchas apelan al donativo para el mantenimiento del inmueble y algunas se reservan la gratuidad para los residentes o los peregrinos.

La catedral de Sevilla, que exige uno de los peajes más caros al turista que quiere cruzar su umbral, oferta entrada combinada con la Giralda y la iglesia del Salvador (14 euros). Es una práctica que se estila en diferentes ciudades andaluzas. La entrada para la catedral de Málaga (6 euros) incluye la visita al Palacio Episcopal y en Jerez de la Frontera el pase al templo sede del obispo (otros 6 euros) permite el acceso a la iglesia de San Miguel.

Además de Sevilla, entre las catedrales más caras de España, está la de Palma de Mallorca (12 euros), la mezquita catedral de Córdoba (10 euros), la de Toledo (10 euros) o la de Vitoria (8,5 euros). La de la capital balear oferta los sábados, a las 9.00 horas, entradas gratuitas para los residentes, aunque según anuncia la página web oficial, ya no quedan para lo que resta de temporada. Burgos, Girona, Oviedo o Valencia permiten entrar a los turistas en sus respectivas catedrales por siete euros y también se sitúan en el perfil más alto del rango de precios.

La más barata, junto con la de Alcalá de Henares, es la de Santander. Entrar en la catedral de la capital de Cantabria, de estilo gótico, cuesta un euro. También en la madrileña, por el coste del folleto. La siguen catedrales como la de Orihuela, en Alicante, o Coria, en Cáceres; a dos euros la entrada general en cada una. La de Jaca o Barbastro, en Huesca; Canarias, o Burgo de Osma (Soria) tampoco llegan a los tres euros. Por ese precio podemos entrar también en las catedrales de algunas capitales de provincia, porque es la tarifa que han establecido en localidades como Badajoz, Segovia, Murcia o Teruel.

Cinco euros, precio medio

El precio medio, en el que se mueven la mayoría de los templos que cobran por las visitas, se sitúa en los cinco euros: exactamente lo que pide Lugo a los turistas que quieren acceder a su catedral. Casi una decena de templos dan su entrada por el billete más pequeño en circulación: Zamora, Astorga, Granada, Ourense, Bilbao o Jaén son algunos de ellos. Otros muchos se han quedado a las puertas y cobran cuatro euros. Es el caso de Cáceres, Tui, Zaragoza, Tudela o Plasencia.

El deán de la catedral de Lugo, Mario Vázquez, argumentaba hace unos días en las páginas de este periódico que «los tiempos están cambiando», que el turismo en Lugo ha crecido un 100 % en los últimos años y que «nuestro Santuario exige un orden», entre otras cosas por el privilegio que supone la exposición permanente del Santísimo.

Menos de una veintena de catedrales mantiene la gratuidad, otras hacen excepciones con los residentes

Menos de una veintena de catedrales mantiene la gratuidad para todo aquel que quiera cruzar sus puertas. Son casi una treintena si se le suman las concatedrales (aquellas que comparten la sede del obispo con otro templo catedralicio). El ejemplo más cercano es el de Santiago de Compostela, que solo cobra por acceder a las zonas de museo y al Pórtico de la Gloria (10 euros). Con la capital gallega resisten Valladolid, San Sebastián, Huelva o Ciudad Real entre otras.

Algunas se atreven con la fórmula que conserva la gratuidad para el residente u oriundo. Además de a la de Mallorca; en la de Málaga y Bilbao acceden sin costes los vecinos de la catedral; en la de Toledo, los que demuestran con su DNI haber nacido en el municipio. Otras hacen un guiño al peregrino. Es el caso de la de Ourense, que permite pasar a los caminantes que se dirigen a Santiago por un precio reducido (3,50 euros).