«O cen por cen de seguridade contra o lobo non existe, hai que asumilo»

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

LUGO

CARLOS CASTRO

El ganadero Joan Alibés subraya que las explotaciones deben asumir las medidas de prevención como si se trarase de «un gasto máis»

10 jun 2017 . Actualizado a las 18:17 h.

La clave de una eficaz protección del ganado contra el lobo es «método de prevención, método de prevención, método de prevención». Lo dice Joan Alibés, cuya ganadería, ubicada en Rioxoán (Pol) y formada por más de 200 cabezas de ganado ovino en régimen extensivo, solo ha sufrido un ataque en nueve años.

La prevención parece más eficaz si el ganado está protegido con perros indicados. Alibés tiene cinco mastines, aunque agrega que hace falta asesoramiento. «Non se poden empregar mastíns en todos os sitios», dice; explica, por ejemplo, que en algunos casos no son viables económicamente.

Para Alibés, manejar un rebaño complicado no es difícil ni fácil. «Si e non», opina. Considera que puede ser «relativamente sinxelo», que hay que cambiar «moitas mentalidades» y que a veces es es «o verdadeiro problema». Además subraya que debe de convivirse con un cierto riesgo: «O cen por cen de seguridade contra o lobo non existe, hai que asumilo», dice. «Hai que asumir que a prevención é un gasto máis», asegura.

En la zona donde está su explotación ganadera y en otros municipios cercanos son frecuentes en los últimos tiempos los ataques de lobos. Alibés parece alejado de extremismos: afirma que esos casos demuestran la existencia de una cierta población de lobos, lo cual es síntoma de «diversidade»; pero también se muestra convencido de que «a sociedade quere ter lobo» y de que las cacerías pueden generar rechazo social.

Sin embargo, esa diversidad tiene un coste que debe de ser asumido de una manera global. «Se queremos lobos, o custe de mantemento non pode recaer só nos gandeiros», opina. Una de la soluciones parece clara, en su opinión: «É obriga da Administración ter sempre, con suficientes recursos, as indemnizacións», dice.

Alibés también encuentra una explicación a la postura que a veces muestran los cazadores, a menudo molestos por las incursiones de lobos: «Os cazadores cazan lobos porque unha parte dos cazadores son gandeiros», afirma. Y si los ataques del lobo afectan a ganaderías, hay una parte de responsabilidad que Alibés traslada a los dueños de las explotaciones: «Se o lobo ten presenza no 97% do territorio galego, o gandeiro ten que ser cosciente, se non o é, do risco que corre», recalca Alibés, que además subraya que ni con medidas de prevención se alcanza un cien por cien de seguridad.

Contra la «

falta de caso

»

Partiendo de su situación, con un solo ataque en nueve años, confiesa moverse en un nivel asumible. Pero lanza un aviso: «Peor ca os ataques é a falta de caso da Xunta», asegura.

Un «baixo» nivel de conflictividad social por los ataques al ganado

Aunque los ataques de lobos al ganado van a menudo acompañados de comentarios sobre su impacto económico y sobre la lentitud en el cobro de ayudas compensatorias, Alibés descarta que los ánimos lleguen a estar crispados. Dice que «o nivel de conflitividade social é baixo» si se compara con otras comunidades autónomas, pero agrega que una gran parte del mérito recae en los ganaderos: «A situación actual é boa, pero porque a xente ten moito aguante», afirma.

Para buscar soluciones «entre todos» más allá de la resistencia de algunos, Alibés subraya la necesidad del diálogo, y recuerda que ese es uno de los objetivos principales de grupos como O-Xan, del que forma parte. Ganaderos, sindicatos y ecologistas comparten «información e inquietudes».