Mucho se habla de la conquista romana de Gallaecia, pero menos, aun siendo más interesante, del proceso de integración de los habitantes del territorio conquistado. En la estela funeraria de San Pedro de Mera, la difunta nos dice su nombre Apana, su filiación, hija de Ambolo, y aún más su origen, Céltica Supertámarica, céltica de por encima del Tambre. Todo es indígena, local, galaico, de la tierra, pero sorprendentemente, las figuras representadas visten y se adornan a la romana y su epitafio está escrito en latín. Sería uno de los mejores ejemplos del primer encuentro entre dos culturas que, hasta hace poco se encontraban enfrentadas.
Torques de Burela
La comprensión de los fenómenos culturales , en su justa medida, resulta fundamental. A lo largo de la historia, hechos o acontecimientos del pasado se han utilizado con mentalidades modernas, para explicar o justificar hechos contemporáneos, alabando unos momentos históricos en detrimento de otros. Proyectar, en definitiva, nuestras imágenes y explicaciones sobre modelos culturales antiguos. El «celtismo» es uno de ellos. La existencia de determinados rasgos culturales celtas centroeuropeos, en poblaciones diferentes no significa una filiación genética inmediata o una dependencia cultural total. Si bien es cierto que hay ciertas similitudes, en otros campos abundan las diferencias. A modo de ejemplo: los primeros celtas y buena parte de las culturas de la Edad de Hierro centroeuropea, origen territorial de los celtas, vivían preponderantemente en poblados de casas rectangulares aisladas o adosadas, en un modelo constructivo y urbanístico muy alejado de los castros.
Candado
La idea dominante cuando se habla de arqueología es la de los grandes y ricos hallazgos, la del misterio histórico, la del tesoro. En realidad, la práctica arqueológica conlleva sobre todo investigación y estudio para encuadrar los elementos localizados en su contexto histórico. Hay que definir y analizar el objeto, plantear y defender hipótesis, recibir e radiografías permitió, a la postre, solventar el error. Un ejemplo es esta pieza, tenida, en un primer momento por un extraordinario anillo. En realidad, se trataba de un candado, cierto que de un tipo muy raro, aunque ejemplares similares, si bien pocos, aparecen diseminados por todo el imperio romano.