Adiós al almacén de ropa interior más veterano de la capital lucense

XOSÉ CARREIRA LUGO / LA VOZ

LUGO

oscar cela

Torrón Cela, en la Praza Maior, cierra pasado mañana al jubilarse su propietario

28 abr 2017 . Actualizado a las 07:50 h.

El almacén más veterano de Lugo de ropa interior y otros artículos de mercería echa el cierre. El sábado será el último día en el que el negocio, creado por el industrial lucense Manuel Torrón Cela, atiendan a la clientela en el céntrico local de Ángel López Pérez, enfrente a uno de los laterales del consistorio. El responsable del establecimiento, hijo del fundador, se jubila. No hay quien lo releve.

Los almacenes Torrón Cela ya casi forman parte de la historia comercial de la ciudad. Fueron puestos en marcha en el año 1956 y, desde entonces, fueron totalmente ajenos al márketing. Nunca hicieron rebajas ni promociones y aún así tuvieron siempre una clientela fija y fiel a la calidad de sus prendas.

«Sabías perfectamente que o que se mercaba nada tiña que ver coa «chinada» que hai agora. Alí centos de mulleres da cidade e tamén dalgúns pobos da provincia, compraron as mudas para os seus maridos e tamén a roupa interior para elas», significó ayer una mujer ya entrada en años, cliente del fiel del establecimiento. A mayores de calzoncillos y camisetas de hombre de todos los tipos y de ropa interior de mujer, en el comercio vendieron cientos de mandilones de niños y multitud de artículos propios de mercería y difíciles de encontrar en otros comercios más modernos.

El local de los almacenes es inmenso. Las estanterías estuvieron siempre repletas de mercancía. En el inmueble hizo su primera transmisión, el 27 de octubre de 1935, Radio Lugo, la emisora decana de la provincia. Sus estudios estuvieron en el inmueble hasta el año 1981, según recordó el periodista Paco Nieto.

Manuel Torrón Cela, conocido popularmente como Amaro, puso los almacenes en ese bajo 21 años después del inicio de llegar la radio. Este empresario tuvo también los famosos Almacenes Amaro, en la esquina de Quiroga Ballesteros y Montevideo. Torrón Cela dio empleo en sus negocios textiles a unos cuarenta trabajadores. Eran otros tiempos en los que no había ni la competencia de los centros comerciales, ni del comercio electrónico, ni tampoco de los chinos.

El almacén de la plaza López Pérez pasó a manos de Ángel Torrón, que es el que ahora se jubila. Es todo un experto en atención al público y en saber qué es lo que realmente quieren sus clientes que, por lo general, priorizan la calidad y el buen resultado de las prendas antes que los diseños. Ángel prefiere recomendar unos calzoncillos Ferrys españoles a otros de factura extranjera. En los últimos tiempos Dora, la empleada, también fue pieza clave en el establecimiento.