La estrategia del ataque preventivo sobre el presunto rival electoral

LUGO

02 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«El político es un maniquí al que vestimos los periodistas», escribió Umbral cuando principiaba 1997. Umbral, cronista embozado de bufanda, sabía mucho de políticos a la caza de escribidores que los vistan. En Lugo, el ciudadano de a pie tiene muy claro esto de los políticos y los periodistas. El lucense acodado en el bar es un cronista fino que ha descubierto hace mucho que «o papel terma do que lle poñen». Y como es así, hay toda una lista de desinformados encaramados a las poltronas del poder, desde las que conducen a la ciudad y la provincia hasta el conocido estado de bonanza en que se encuentra. Peor aún: torpedean la credibilidad de la imprescindible política y van dejando desencanto y semilla de fascio.

En Lugo, en la política de Lugo, se dispara la sospecha y la acusación contra el rival electoral, incluso cuando el rival aún solo es presunto rival. El acuerdo de la Diputación reprobando a Ramón Carballo, subdelegado del Gobierno, por unas declaraciones escasamente afortunadas, es un claro ejemplo de por dónde van las cosas y de cómo hay políticos que solo existen porque los visten los periodistas. Quizá no tenga nada que ver en el acuerdo promovido por los socialistas el hecho de que Carballo es la mejor carta del PP para sacar al PSOE de la alcaldía de Lugo. Y lo más curioso es que Carballo no está nada por la labor de quemarse en la hoguera de las vanidades municipales. Quizá por eso, como ya se dijo aquí en alguna otra ocasión, el PP fue dejando su congreso local para después de después. Por eso, y tal vez también porque Castiñeira no ha matizado aún su expresa decisión de ejercer como portavoz municipal hasta el final del mandato.

Como «o papel terma do que lle poñen», cobran cuerpo político personajes y personajillos llegados a los cargos públicos, y a su periferia, en no pocas ocasiones con la ansiedad que provoca el desempleo. Es la perversión de la política convertida en refugio de inviernos laborales, plataforma de cotización para jubilaciones impensables de otro modo y así. Pongan los lectores y lectoras los nombres que quiera; verá que Umbral no se equivocaba: «Un gran político es cualquier tipo audaz glosado por un buen periodista».