La montaña vive una tremenda despoblación. El problema no es solo el miedo a los recortes en profesorado, sino a que esta situación no puede desembocar en nada bueno. Las administraciones no tienen en cuenta la ventajas de vivir en el rural y no podemos olvidar que es esa gente la que protege y mantiene nuestro patrimonio natural, las tradiciones, la cultura..., por lo que debería ser apoyada y no «ignorada» sistemáticamente. Sí que tenemos recursos en la montaña, pero creemos que falta información sobre cómo aprovecharlos. Por eso, en una montaña maquillada con frases como «el rural enamora», «esta es la legislatura del rural»... no hay iniciativas, no hay ideas, apenas quedan energías ni ganas para cambiar las cosas. Desde Cervantes seguimos peleando no solo por el colegio, sino también por nuestro entorno. Tenemos que hacer lo posible porque la gente del rural se vuelva a ilusionar. Y quien no vive en él, empiece a hacerlo.
I. Calvete, ANPA CPI San Román