La necesaria movilización ideológica en el PP y en el PSOE

Enrique Gómez Souto
ENRIQUE G. SOUTO LUGO / LA VOZ

LUGO

22 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El hombre detrás de un pitillo que fue Santiago Carrillo constató a lo largo de su azarosa e intensa vida que «en la política el arrepentimiento no existe; uno se equivoca o acierta, pero no cabe el arrepentimiento». Carrillo necesitó sobrevivir a los grandes tornados que agitaron el mundo en el siglo XX para llegar a la misma conclusión a la que parecen haber llegado los ¿líderes? de los principales partidos en Lugo por el fácil camino de la moqueta. Basta con echar un ojo al PP y al PSOE y se ve claro; en la no existencia de arrepentimiento, la coincidencia con Carrillo es profunda. Existe incluso en los partidos recién nacidos que buscan un hueco al sol del poder.

En la casa socialista, lo que aún queda del besteirismo gira sobre sí mismo buscando cómo mantener la privilegiada situación alcanzada en los días dorados en la Diputación, en mantener el sueño de una noche de verano que fue la secretaría general del PSdeG. El más grave error de Besteiro fue la elección de su entorno. Prefirió a su alrededor la adulación, al rigor; la sonrisa a la eficiencia; el chachareo insustancial al discurso solvente. Besteiro dio el primer paso para armar a su partido con un corpus ideológico solvente; pero solo el primero y muy cortito (cuánto pudo significar aquella jornada con Jordi Sevilla en la Diputación). Y no hay arrepentimiento, no, en los que, nacidos en la escuela besteirista, siguen empeñados en dilapidar la herencia de Iglesias Posse; por eso han crecido las mareas.

Tampoco en el PP hay mayores síntomas de arrepentimiento. Hasta ahora. No gobierna ni en la Diputación ni en el Concello de la capital y, para sorpresa de propios y extraños, nada había hecho que demostrase voluntad de cambio. Ahora hay algún síntoma que parece apuntar en otra dirección, quizá más acertada. El congreso sobre educación que promovió este fin de semana puede ser un primer paso. Es una forma de ganar protagonismo, de movilizar a los suyos en un sector que en Lugo siempre fue decisivo para el PP. Es un modo de generar ideología, tan necesaria para desarmar a Ciudadanos. Besteiro solo dio un paso; ya veremos si el del PP tiene o no continuación. Aunque no haya arrepentimiento por los errores, como dijo Carrillo.