«Hay familias que se mudaron para poder acceder a un centro de día para autismo»

Dolores Cela Castro
dolores cela LUGO / LA VOZ

LUGO

El primero de la provincia tiene previsto montarlo la asociación de familias de personas con TEA

09 dic 2016 . Actualizado a las 11:40 h.

Raiolas, la asociación que preside Inés Flores Lozano, tiene previsto poner en marcha un centro de día para personas con trastorno del espectro autista y de la comunicación social, el primero de la provincia. Irá en el edificio que iba a ser guardería del campus, que nunca llegó a funcionar y que sigue sufriendo los efectos del estado de abandono en el que se encuentra. Raiolas, tiene las manos atadas. Pidió licencia para acometer las reformas necesarias y se topó con el muro de la burocracia.

-¿Cuántas personas necesitarían ese centro?

-De momento no hay ninguno en la provincia. Sería el primero. Nosotros atendemos a 62 personas con este trastorno entre niños y adultos, pero no todos necesitan ir a un centro de día. Lo necesitamos para los casos más complicados de aquellos adultos para los que no es posible una integración laboral. En el proyecto están contempladas entre 15 y 20 plazas.

-¿Solucionaría el problema?

-En principio no, pero sería un primer paso. Usuarios potenciales hay más de 20, pero la superficie del edificio que nos cedió la Diputación no permite más plazas porque se necesita un número de metros por usuario. Además, hay que concertarlas con la Xunta. El gasto que genera es muy elevado, supone más de mil euros al mes y muy pocas familias pueden permitirse un gasto de esta cuantía.

-¿Dónde están ahora esas personas?

-En sus casas, lo que conlleva una carga muy elevada para las familias, que además ven como se estacan en un aprendizaje que ya recibieron; o internados en centros de otras provincias. Las personas con trastornos del espectro autista no son fácilmente integrables en otros centros de día. No solo por ellos, que tienen unas rutinas que no se deben interrumpir y a los que les molestan los ruidos, sino también por los demás. Hay chavales que viven en centros de otras provincias. Es una decisión muy difícil dejarlos y marchar. Para hacerlo hay que prepararlos con mucha anticipación y genera un problema muy serio, el desarraigo social. Hay familias que se mudaron a otras ciudades, como Vigo, para tener un centro accesible, con todo lo que supone.

-¿Cuándo estará listo?

-No podemos hablar de fechas. Seguimos esperando por la licencia, de lo contrario ya llevaría tiempo funcionado. El edificio sufrió actos vandálicos y al pasar también tanto tiempo, el coste de las reformas va a ser bastante más elevado. No es que esté abandonado. Aunque pasamos periódicamente por allí, no podemos evitar que esto ocurra. No hay luz y no se pueden instalar cámaras de videovigilancia.

-¿Cuánto costará más?

-De momento no lo sabemos. Los incendios nos obligan a variar el proyecto inicial y por tanto la estimación presupuestaria. Por ejemplo, vamos a tener que levantar los suelos, que son radiantes y ya no sirven. Le solicitamos a la Diputación otra ayuda para poder afrontar las obra. Lo está valorando el arquitecto.

-Al principio habló de que el centro de día era para personas con trastornos del espectro autista y para personas con problemas de comunicación social. ¿Qué tipo son estos últimos?

-Son problemas de interacción social y cada vez hay más. Antes se consideraban personas maleducadas. Ahora tienen que aprender los comportamientos que se adquieren de manera intuitiva a lo largo de la vida.

«Las personas con TEA no son fácilmente integrables en otros centros de día»