La clave se desvelará cuando se presenten los presupuestos del Estado. La ley permite contratar de manera conjunta el proyecto del trazado y la obra de los tramos de alta velocidad
07 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Las palabras del lunes del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, señalando ante el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, que Lugo tiene que estar conectado por alta velocidad con Madrid y en un viaje de tres horas han llenado de optimismo a quienes consideran que la provincia está siendo menospreciada y olvidada con respecto al Eje Atlántico y a otras capitales cercanas, como León o Zamora.
En los orígenes de las promesas del Plan Galicia se hablaba de un AVE que desde Monforte conectaría Lugo y luego A Coruña. El paso de los años fue aparcando esa idea e incluso se llegó a despreciar una línea de alta velocidad entre Lugo y Monforte, retomada cuando llegó José Blanco a Fomento, pero a la vez paralizada con el estallido de la crisis y luego con la priorización del AVE por Ourense y en dirección al Eje Atlántico.
Como la hemeroteca es extensa sobre promesas de los gobernantes, lo que realmente esperan ahora políticos, administraciones, empresarios y colectivos sociales y vecinales lucenses es que en los Presupuestos Generales del Estado del 2017 se asignen las partidas para que de verdad se puedan cumplir las palabras del presidente de la Xunta.
El Gobierno popular, entre los años 2014 y 2016, invirtió 24,2 millones de euros en la variante de A Pobra de San Xiao. Una obra semiacabada y sin utilizar. Abrir esta variante ya ayudaría un poco a mejorar los tiempos de viaje, que con la actual vía sigue siendo una eternidad: de Lugo a Ourense, una hora y treinta y cinco minutos en el Alvia más rápido, de los que 53 minutos son hasta Monforte. En algunos momentos, pero escasos, de este trayecto el tren llega a alcanzar los 155/160 kilómetros por hora, pero la media ronda los 75 por hora.
¿Se pueden dar pasos para conseguir que Lugo no se quede fuera del mapa ferroviario? Todo dependerá de la voluntad política y de las mermadas cuentas del Estado. La ley permite adoptar medidas extraordinarias para acortar plazos de ejecución de proyectos y de obras. Se pueden contratar de manera conjunta el proyecto del trazado y la obra de los tramos de línea de alta velocidad para conseguir acomodar los plazos de terminación con el calendario previsto para la incorporación de Galicia a la alta velocidad.
La fecha es el 2018 y es evidente que el AVE no llegará a Lugo ese año, ni siquiera aunque hubiese partidas multimillonarias en los presupuestos del 2017, que no va a ser el caso. Pero cuando se conozca el proyecto de presupuestos que presente el Gobierno sí se podrá tener una idea aproximada de cuándo y cómo llegará la alta velocidad a Lugo. Las cuentas de la Xunta la esperan, porque asignan tres millones para la estación Intermodal hasta el 2020.