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Alternativas para cuando se cierra la caza

La Voz LUGO / LA VOZ

AGRICULTURA

Aprender micología, apicultura, montar a caballo o entrenar perros son otras ofertas de la finca

07 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El deporte de la caza se puede combinar con la micología, la apicultura, montar a caballo o simplemente observar a los cerdos celtas o a los conejos en plena naturaleza. Eso es precisamente lo que ofrece la que probablemente es la única finca de su estilo en todo el noroeste español. Se llama Covas21 y es una preciosa finca de bosque de cerca de 80 hectáreas abierta al público el pasado mes de febrero en la parroquia de Castelo, Taboada, por el emprendedor Jesús Boán y sus socios.

La finca es principalmente un territorio donde se puede practicar la caza todo el año, excepto de abril a junio. En abril se puede hacer entrenamiento de perros, sin escopeta, y en mayo y junio la finca está cerrada para la caza. Pero no a todas las demás posibilidades que alberga, como por ejemplo ir a buscar e identificar setas en las distintas zonas micorrizadas por el ingeniero forestal y guía de la finca, José Manuel Randolfe. O también acompañarle a cuidar los muchos enjambres que tiene finca, con posibilidad de participar en la extracción de la miel, o de aprender a crear enjambres, o de familiarizarse con las muchas técnicas de la apicultura.

Recoger castañas, pasear a caballo, observar aves rapaces o animales en plena naturaleza con un guía, o aprender cómo se crían e introducen con éxito en el monte perdices, faisanes, conejos o liebres son algunas de las posibilidades que ofrece la finca Covas21; un pequeño y recóndito paraíso de valles y bosques autóctonos atravesado por un río cuyas cascadas ponen música al espectacular paisaje.

Y es que los promotores de la finca la explotan para la caza, pero también para todas estas otras facetas mucho más ecológicas que permiten al cazador disfrutar de la naturaleza y no solo de la escopeta. El aficionado al deporte cinegético puede también acudir con su familia o amigos para practicar alguna de las otras actividades al margen de la caza.

La finca cuenta para ello con habitaciones e incluso apartamentos para poder alquilar dentro del pazo restaurado en el corazón del paraje. Un viejo caserón rodeado de bosques en el que se puede utilizar solo la cocina y el sofá para la imprescindible comida y descanso del cazador; pero que también puede ser el magnífico hotel en medio del coto para los cazadores; o para la familia que va a recoger setas y degustarlas con un micólogo.

Y todo ello a precios irrisorios para quienes saben lo que cuesta un viaje de caza a Castilla; además de la comodidad de no tener que viajar, y el lujo de unos bosques autóctonos casi inmejorables.

La combinación de la caza y las otras actividades ecológicas de esta finca de Taboada está siendo una auténtica novedad en todo el interior de Galicia. Hasta el punto de que los promotores del proyecto están viendo recompensada la elevada inversión con reservas que ya les dejan muy pocas jornadas libres.