aquí hay polémica. Una de las comunidades lucenses obligada por sentencia a hacer obras de accesibilidad, porque una vecina las reclamaba, nunca llegó a oponerse a mejorar el acceso en el portal. La cuestión pasaba por hacer una rampa móvil, como así se había acordado. El juzgado dio la razón a la solicitante, pero esta no quedó satisfecha y recurrió a la Audiencia Provincial porque quería una rampa con una pendiente del 16%. Los tribunales le dicen que de eso, nada. La pendiente no puede exceder del 10% tal y como establece la normativa española.
Hacer una rampa como quiere la reclamante, dice la sentencia, supondrían privar del uso de las escaleras (dos peldaños) al resto de los usuarios. Entienden los tribunales que es mucho más segura la utilización de las dos escaleras que la rampa propuesta, «máxime si nos encontramos con la misma mojada, lo que podría provocar resbalones», según recoge el fallo.
La comunidad plantea una rampa móvil que permitiría el uso de las escaleras, «conciliando las necesidades de la demandante y su esposo con la del resto de los vecinos». El alto tribunal, no acepta la alegación planteada de que el modelo propuesto por la comunidad no podría ser usado por la demandante «ya que el perito deja claro que la misma es de peso ligero y sería tan fácil como abrir o cerrar una puerta».