En el primer año de funcionamientos de los 38 kilómetros no se ha producido ningún accidente mortal. La baja intensidad del tráfico, la calidad del trazado y la limitación a cien por hora durante casi diez kilómetros han sido favorables para que no hubiese choques con víctimas.
Pero nada ha sido un año tranquilo en la carretera. La entrada de animales en algunos puntos obligó a cortarla para evitar un accidente peligroso. También la confusa entrada y salida de la N-547 en Palas provocó que un turismo fuese en sentido contrario y acabase en un terraplén de final de autovía. También hubo turismos que en las salidas de O Picato o Vilamoure tuvo algún apuro serio y acabaron en los taludes y volcados. También algunos conductores se han quejado de importantes bolsas de agua en algunos puntos, como sucedió en las tormentas de agosto cerca de la salida de Palas.