El juez recibió 29.000 conversaciones de wasaps de la joven asesinada en San Fiz

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

LUGO

Las conclusiones de un nuevo atestado policial superan el centenar de páginas

24 jul 2016 . Actualizado a las 00:18 h.

El nuevo atestado que la policía entregó al juez que se ocupa de la investigación del crimen de San Fiz, ocurrido el pasado mes de abril, recoge un total de 29.000 conversaciones que la víctima, Tatiana Vázquez, mantuvo con diferentes personas de su entorno. Solo la comunicación mantenida a través de esta popular aplicación del móvil con su madre ocupa unas setenta páginas.

Los investigadores revisaron el contenido de esas conversaciones, pero parece que no aportarían grandes novedades. De la lectura de las mismas no se podría asegurar nada concluyente con respecto a la actuación de Ibrahima Ndiaye, el joven senegalés que fue detenido al día siguiente del crimen como presunto autor del mismo, según la valoración efectuada por parte de su abogado, César Lodos. El africano mantuvo siempre su inocencia y actualmente la situación de privación de libertad comienza a superarle porque creía que, en algún momento, la policía llegaría a saber quien pudiera ser el autor de las múltiples cuchilladas que recibió Tatiana.

Las conversaciones son entre la muchacha y diversas amigas. La policía también analizó las redes sociales en las que se movía la fallecida. El abogado que defiende al detenido destacó que tampoco este material aporta nada concluyente, salvo algunas contradicciones. En este sentido César Lodos dijo que, después de que algunas personas afirmasen que el detenido era tan celoso que ni tan siquiera permitiría, a la que durante algún tiempo fue su pareja sentimental, tener cuentas en redes sociales, la policía pudo comprobar como Tatiana se movía sin complicaciones por las mismas.

Es evidente que en esas 29.000 conversaciones la fallecida tenía que hablar con sus amigas de algunos comportamientos de su novio. Y lo hizo. Al parecer, contaba que Ibrahima era una persona celosa y que en ocasiones se adaptaba a sus peticiones de no salir en determinados momentos para evitar posteriores broncas con él.

Todo apunta a que en esa larga relación de conversaciones no hay referencia alguna al presunto maltrato físico del encarcelado hacia ella. No puede decirse lo mismo de un supuesto maltrato psicológico que parece que la joven superaría adaptándose a algunas exigencias y costumbres del muchacho.

El abogado de Ibrahima recordó que, durante la investigación, hubo algunos testigos que declararon que este no permitía a Tatiana mantener contactos con sus amigas, pero el letrado considera que no es así.

En las horas previas a la muerte de la joven, esta mantuvo conversaciones a través del móvil con su ex novio, pero no aclararían ninguna cuestión por la que pueda establecerse alguna razón esencial del sangriento desenlace en el descampado de San Fiz.

La víctima decía a sus amigas que su novio le prohibía salir con ellas o ir a algunos sitios

Caso complejo

Los investigadores parecen tener múltiples datos que apuntan a que el senegalés Ibrahima es el autor del asesinato de Tatiana Vázquez. El fiscal va a necesitar mucho más: precisará pruebas concluyentes para convencer al jurado. Y de hallarlas han de ocuparse los investigadores que deben tener medios y disponer del tiempo necesario. El caso parece no ser tan fácil como parecía en un principio. Para empezar, nada se sabe del arma homicida.

Una operadora de móvil niega datos de posicionamiento

Tatiana Vázquez usaba habitualmente dos móviles. La policía revisó el contenido de los mismos después de su envío a Madrid. Sin embargo, los investigadores se encontraron con un contratiempo. Una de las empresas que le daba servicio a uno de los aparatos de la muchacha, no entregó los datos de posicionamiento del aparato. Se basa en el hecho de que es una operadora móvil virtual y no dispondría de esos datos. No tener esos detalles impide saber la posición más o menos exacta de la víctima en las horas previas al ataque violento que le causó la muerte

Realizado un estudio antropométrico con la imagen que captó una cámara

Otra de las partes del atestado entregado por la policía sobre el crimen de San Fiz, contiene un estudio antropométrico realizado sobre la imagen que captó una cámara ubicada en la calle Rof Codina, paralela a Montirón, en la zona donde quedó el coche con el cadáver de la muchacha. En la madrugada en la que ocurrieron los hechos aparece la figura de un hombre caminando por la calle.

Los investigadores consideraron que podría tratarse de Ibrahima y, por eso, realizaron un estudio antropométrico de la sombra. Este informe concluye, entre otras cuestiones, que se trata de un varón de casi 1,90 metros de estatura. Coincide con la del hombre encarcelado, pero no aporta más detalles que puedan llegar a concluir con certeza que es él, según recordó su abogado. César Lodos insiste que no hay una prueba concluyente que permita determinar que el hombre senegalés es el autor de las cuchilladas y, por eso, en breve volverá a pedir su libertad.