¿Cómo se dice «sobreira» en chino?

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LUGO

ROI FERNANDEZ

Santiorxo promociona en la Ribeira Sacra en varios idiomas un alcornoque que presume de milenario

27 jun 2016 . Actualizado a las 22:54 h.

El cañón del Sil esconde en Sober un tipo helecho único en el noroeste peninsular. Aparece en la guía sobre flora de la Ribeira Sacra que prepara el biólogo Javier Guitián. Es una variedad propia de Andalucía y el Algarve. La colonia más cercana a la de la parroquia de Doade se encuentra cerca de Lisboa, a más de cuatrocientos kilómetros en línea recta. ¿Qué pinta un helecho subtropical en la Ribeira Sacra?, se preguntarán. El Cheilanthes guanchica, nombre científico de esta rareza, es un caso extremo. Pero hay otras especies arbóreas más propias de un clima mediterráneo que proliferan al abrigo del Sil: madroños, encinas, alcornoques... De esta última variedad se conserva un ejemplar único por antigüedad y dimensiones en Santiorxo, en el municipio de A Pobra do Brollón.

La sobreira de Santiorxo está incluida en el catálogo de Árbores Senlleiras de Galicia, al que se incorporan ejemplares de diversas especies que merecen ser protegidos por antigüedad, dimensiones y valores ecológicos y etnográficos. Las medidas del árbol que se conserva en esta parroquia de A Pobra son llamativas. No solo por su altura, sino sobre todo por la anómala anchura que alcanza en la base. A esa malformación, causada posiblemente por alguna enfermedad, se debe en gran parte su atractivo.

«Os meus fillos metíanse de pequenos no oco que hai no medio para xogar ás cartas», rememora José Vázquez. Tiene ochenta años y recuerda desde siempre la sobreira de Santiorxo con su aspecto actual. Por lo que escuchaba de niño, la enfermedad que afecta al tronco del árbol viene de muy antiguo. «Cos anos a madeira vaise debilitando e o oco se está a facer máis grande», apunta este vecino, cuya casa está situada a escasa distancia del árbol centenario.

A veces no pagan

Santiorxo no es ribera del Sil. Está a medio camino entre A Estación y Vilachá de Salvadur, parroquia vitícola de A Pobra situada aguas arriba de la zona de Amandi, con la que comparte viñedos en pendientes de vértigo y un microclima peculiar. En el entorno de Vilachá, las sobreiras solo se dan a la altura de Santiorxo. En Liñares, parroquia intermedia, no se encuentran árboles de esta especie. De cuando en vez, se acercan cuadrillas de obreros portugueses para llevarse el corcho. «E non sempre pagan», se queja José Vázquez.

Sus hijos fueron los que acondicionaron el entorno de la sobreira de Santiorxo, que se presenta como «Subreira milenaria» -en lengua santiorxesa- en las tablillas que sirven de indicadores para llegar a ella. El lugar en el que se encuentra, antigua escombrera, ha sido cercado con una valla de madera y un muro de piedra. Al lado del árbol, hay una máquina expendedora de refrescos -vacía y con síntomas de llevar inactiva mucho tiempo- flanqueada por un panel que traduce el término sobreira a varios idiomas. Santiorxés, español, gallego, berciano, inglés, francés, chino y persa. ¿De tan lejos vienen? «Aquí paran ata de Valencia!», corrobora, incrédulo, el dueño del terreno.

Vilachá de Salvadur merece una visita. Tiene un conjunto de bodegas centenarias único en Galicia y uno de los miradores sobre el Sil más atractivos y menos conocidos de la Ribeira Sacra. Pero la carretera -bastante sinuosa- muerte allí, y los turistas suelen preferir recorridos circulares para exprimir la jornada. Aun así, la agenda que hace de libro de visitas junto a la sobreira de Santiorxo está repleta de citas de diversas procedencias. Pandillas de Ferrol, Santiago, León, Córdoba... Abundan los mensajes líricos, entre alguna que otra frikada. Hay también quien opta por la sencillez. «¡Qué bien me supo el bocadillo bajo el árbol!», escribe Lidia, en un mensaje fechado en junio del 2012.