La maleza invade aceras y pone sitio a la Muralla

Enrique Gómez Souto
enrique g. souto LUGO / LA VOZ

LUGO

Los arbustos cubren los galpones en ruinas al pie del monumento romano por su cara interior

06 may 2016 . Actualizado a las 10:03 h.

 

El combate contra la maleza que afecta a vías urbanas y entornos monumentales no es tarea fácil en estas fechas. Es difícil en terrenos de titularidad pública; pero aún lo es más desde la Administración cuando la maleza está en terreno privado y sus propietarios no cumplen sus obligaciones, en ocasiones, ni espoleados por las multas coercitivas. Pero, indicada la dificultad, hay que resaltar la obligación de los gobiernos competentes, señaladamente el local, de buscar las fórmulas adecuadas para poner solución al problema. De norte a sur de la ciudad la hierba y los arbustos invaden las aceras y al pie mismo de la Muralla, en la misma Muralla, crece vigorosa y libre la maleza.

En el norte de la ciudad, en una calle tan transitada como es la avenida Benigno Rivera, acceso al polígono de O Ceao y a la autovía A-6, hay algún tramo de acera en el que la maleza apenas deja espacio libre para el paso de los peatones. Al sur de la capital lucense, en la urbanización sin edificios residenciales que es la de San Fiz, la maleza, en algunos sitios robustos tojos, invaden las aceras, allí donde discurren al pie de terrenos privados. Por el contrario, en el suelo público, las labores de desbroce están aún recientes. En la citada urbanización hay imágenes verdaderamente llamativas. No solo la de los tojos que avanzan sobre la acera; hay también arbustos, con tamaño de árboles, que ya cubren prácticamente el espacio reservado al paso de peatones.

 Patrimonio de la Humanidad

Si en algún punto de la capital lucense resulta llamativa la maleza que crece abundante, es en pleno casco histórico, al pie mismo de la Muralla, por su cara interior. ¿Cómo es posible? Lo es por la inacción municipal, por la incapacidad para llevar al final los trámites administrativos. Es también responsabilidad de la Xunta de Galicia, titular del monumento; su capacidad para influir en la administración local en este campo se ha demostrado, más que reducida, inexistente. Hay solares en los que la situación alcanza niveles de escándalo. Es el caso de los que, caminando por el adarve hacia la puerta de Bispo Odoario, se pueden ver pocos metros después de superar la puerta de San Fernando. A un jardincillo adornado con figurillas varias, suceden otras fincas con maleza abundante, tanto que, en una de ellas, alcanza prácticamente la altura de los edificios en estado de ruina. Resulta espectacular.

Por señalar otro punto llamativo en el recorrido por el adarve de la Muralla, vale apuntar al tramo situado a la altura de las traseras de los edificios de la calle Clérigos. Tan alta está la maleza que ya casi cubre el galpón en ruinas al pie del monumento. En esta parte, en el tramo más próximo al Círculo de las Artes, ya debería de haber intervenido el Ayuntamiento para acondicionar el tramito de paseo interior ya existente, allí donde en su día estuvo la Comisaría de Policía, con ampliación al solar siguiente.

La intervención municipal en dicho tramo debió de ser ejecutada con cargo al plan Urban, pero al Concello se le acabó el plazo para certificar la inversión de los fondos europeos. Ahora será ejecutada con cargo a fondos municipales. Mientras, la hierba y las silvas ponen sitio al monumento por su cara interior para pasmo de lucenses y visitantes.