«Yo fui el engañado», dice el lugués que vendió entradas pirata del España-Holanda

lugo / la voz

LUGO

Declaró que se las compró a una empresa de Noruega recomendada por la FIFA

05 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«El engañado fui yo». Sobre esta idea giró ayer la declaración prestada por el lucense Pablo C. F. en la Audiencia Nacional, en el juicio al que fue sometido por vender entradas falsas para la gran final del mundial de fútbol de Sudáfrica 2910 en la que la selección española de fútbol se proclamó campeona del mundo. El acusado dijo, según informó ayer Efe, que fue estafado por parte de la empresa que le suministró las entradas. El fiscal le reclama ocho años de cárcel y que pague a los afectados 367.000 euros.

El acusado dijo que vendió plazas para el viaje en avión a Sudáfrica a 457 personas, pero de ellas el paquete que incluía las entradas para el partido por un precio de alrededor de 2.500 euros eran unas 210. Para conseguir los tiques contactó con una empresa registrada en Noruega que le pareció solvente ya que estaba recomendada por la FIFA. Relató que quedó con sus representantes que le darían las entradas al llegar a Sudáfrica el mismo día del partido, pero para su sorpresa solo le entregaron 46 de las más de 200 acordadas y además resultaron ser falsas.

«Yo no les noté nada raro al tacto», declaró el acusado al recordar como las repartió entre sus clientes a las puerta del estadio, y ha recordado que algunas personas tuvieron que comprar allí mismo en la reventa para acceder al estadio. Aseguró que, cuando algunos de sus clientes volvieron del campo diciendo que las entradas que le habían dado eran falsas, dejó de repartir las que le quedaban y denunció el hecho a las autoridades de Johannesburgo.

No obstante, declaró en la vista que algunas personas que contrataron el viaje con él entraron al partido pues ya tenían entrada y que de todo lo vendido solo cobró unos 200.000 euros «que no daba ni para pagar las entradas» por lo que perdió dinero, y ha recordado que ya ha resarcido los perjuicios a 140 afectados.

Concretó que había pagado 216.000 euros a la empresa que iba a suministrar las entradas y que cuando le dieron en Sudáfrica las citadas 46, que él creía auténticas, entregó otros 13.000 euros.

Varios afectados han recordado que reclamaron gritando al acusado las entradas en las puertas del estadio cuando ya había empezado el partido y después de esperarle varias horas en la inmediaciones donde les dejaron «abandonados» en un aparcamiento, donde estaban «desesperados».

Uno de ellos relató que como el acusado no las podía dar, salió corriendo «y se metió detrás de los antidisturbios». Durante los interrogatorios se produjo una anécdota cuando un abogado formuló a uno de los afectados la pregunta de si sentía que no iba a vivir un hecho histórico como ese partido el que España se proclamó campeona del mundo por vez primera.

El presidente del tribunal, Félix Alfonso Guevara, declaró impertinente la pregunta y dijo: «Nunca se sabe si vamos a volver a la final. Tampoco nadie daba ayer nada por el Atleti -en referencia al Atlético de Madrid- y está» en la de la Champions League.

Otro afectado dijo que en el tumulto su hermano arrebató al acusado unas entradas que llevaba en la mano y logró entrar.

Los afectados dijeron que fueron abandonados en un aparcamiento cercano al estadio