Estafa en el puticlub: 18.000 euros en cuatro noches

LUGO

El fiscal asegura que los dueños de un burdel de Quiroga usaron tarjetas de media docena de países para quitar el dinero de cuentas

06 abr 2016 . Actualizado a las 12:34 h.

El fiscal asegura que los dueños de un puticlub que funcionó en el municipio de Quiroga, al menos en el año 2008, sacaron más de 18.000 euros utilizando tarjetas de crédito extranjeras, de procedencia desconocidas. Los acusados B. R. G. y R. L. R., se enfrentan a una petición de dos años y medio de cárcel porque la acusación pública los considera responsables de un delito de estafa. Las retiradas fueron efectuadas en un tiempo récord: cuatro mil euros en media hora. En total, 18.000 en en cuatro noches

Los acusados eran socios al cincuenta por ciento del club de alterne N-120, ubicado en Nocedo (Quiroga). El citado en último lugar actuaba también como camarero del establecimiento.

Según el fiscal, dos entidades bancarias les entregaron, para su utilización entre los clientes del establecimiento dos terminales de lectura de tarjetas. Por ellos fueron pasando las que tenían a su disposición para ir retirando diversas cantidades sin que, al parecer, los titulares de las mismas se percatasen de los cargos.

De acuerdo con la versión del fiscal, los imputados utilizaron tarjetas emitidas en Brasil, Mauritania, Egipto, Polonia, Alemania, Noruega y Escocia.

El 18 de noviembre de 2008 hicieron cargos en poco más de tres horas por importe de 13.000 euros. Se dieron casos en los que intentaron hacer dos cargos con la misma tarjeta en un breve lapso de tiempo, sin embargo los bancos no concedieron autorización en la segunda ocasión.

Otra jornada activa en lo que a extracciones fraudulentas se refiere fue la del 23 de noviembre de 2008. Esa noche, entre las once y media y la una de la madrugada supuestamente retiraron cobros fraudulentos por importe de 6.425 euros.

Dice el fiscal que los titulares de las tarjetas no pudieron ser realizados y que las dos entidades bancarias que cedieron los aparatos de lectura no sufrieron ningún tipo de perjuicio económico. El dinero obtenido fue a parar a cuentas bancarias de la empresa propietaria del burdel que actualmente ya se encuentra cerrado desde hace ya bastantes años.

Los hechos dieron lugar a la apertura de unas diligencias en Monforte en el año 2008. Llegan a juicio ocho años más tarde. El juicio se había suspendido con anterioridad.