Las obras en la Muralla permiten ver ya el cuerpo de guardia de Porta Miñá

Enrique Gómez Souto
enrique g. souto LUGO / LA VOZ

LUGO

ALBERTO LÓPEZ

El espacio abovedado fue posteriormente capilla y habitación de una casa contigua

20 ago 2015 . Actualizado a las 14:48 h.

Las obras de restauración de la Muralla a la altura de Porta Miñá, de acuerdo con el proyecto que financia la Xunta, ponen ya al descubierto lo que fue el cuerpo de guardia en este punto del complejo defensivo romano. La vista del arco que se abre sobre la propia puerta llama poderosamente la atención de lucenses y visitantes.

El arqueólogo Enrique Alcorta, en respuesta a una pregunta de La Voz, explica qué es lo que se puede ver ya sobre el arco de la puerta propiamente dicha. Es, señala Alcorta, el cuerpo de guardia, desde el que los soldados romanos de servicio podían ver qué ocurría tanto hacia el interior como al exterior del muro. En este mismo espacio estaba ubicada la maquinaria que permitía subir y bajar el rastrillo, es decir, la verja que, por la parte interior, cerraba la puerta.

El mismo arqueólogo, que dirigió algunas de las excavaciones realizadas en este entorno, recuerda que, lo que en su momento fue cuerpo de guardia, posteriormente fue utilizado como capilla. Según parece, este mismo hueco, a partir de 1806 fue utilizado como habitación de una casa inmediata. Cambió de aspecto cuando fueron suprimidos el balcón y la escalera de acceso.

El historiador Adolfo Abel Vilela estudió en su momento con detalle esta parte de la Muralla. La capilla, señaló ayer, estaba dedicada a San Ramón, cuya imagen se guarda en la capilla de O Carme. El traslado de la imagen se produjo coincidiendo con el cierre de la capilla, en el siglo XVIII, indica el conocido historiador lucense. También apunta que el hecho de que apenas queden restos de una de las torres que flanqueaba la puerta se debe al hecho de que fue derruida en su día para construir la escalera que permitía el acceso a la capilla.

Presupuesto y plazo

Las obras en ejecución fueron anunciadas en su momento por el conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, en marzo pasado, durante su primera visita a la capital en tal calidad. El proyecto prevé el cambio del suelo del adarve, que desde hace años es de madera, así como la reparación de los sistemas de impermeabilización de los cubos y la limpieza y acondicionamiento de los paramentos. Igualmente, se consolidará la parte correspondiente a lo torre de la derecha, así como la recuperación del arco superior, como queda reseñado, y del forjado de madera. El presupuesto asciende a 235.511,53 euros. El plazo fijado para la ejecución de las obras es de seis meses