Dos empresarios lucenses presentaron ofertas para comprar el Gran Hotel

Dolores Cela Castro
Dolores Cela LUGO / LA VOZ

LUGO

Uno de los empresarios que podría pujar por el Gran Hotel de Lugo es Jesús Lence.
Uno de los empresarios que podría pujar por el Gran Hotel de Lugo es Jesús Lence. alberto lópez< / span>

Adeuda unos nueve millones de euros al Banco Popular y a trabajadores y proveedores

26 jul 2015 . Actualizado a las 13:21 h.

Dos conocidos empresarios de la provincia de Lugo, ambos vinculados al sector hostelero, presentaron ofertas al Banco Popular y al administrador concursal para la compra del Gran Hotel de Lugo. Proalsa, la sociedad propietaria de las instalaciones, adeuda nueve millones de euros a la entidad financiera y a trabajadores, proveedores y administraciones como la Seguridad Social, Hacienda o el propio Ayuntamiento de Lugo, que estuvo a punto de cortar el suministro del agua. Si se hubiera producido, el establecimiento habría tenido que cerrar y en estos momentos la situación sería muy diferente. Para los otros dos hoteles de la antigua cadena, el de Santiago y el de Ourense también hay ofertas. Entre ambos existe una gran diferencia. El de la ciudad de las Burgas no tiene hipoteca, pero mantiene una deuda que ronda los cinco millones de euros.
El gran hotel de lugo

Dos posibles compradores. Todos los indicios apuntan a que uno de los interesados es el industrial lácteo Jesús Lence. El empresario nunca negó su deseo de hacerse cargo del establecimientos de cuatro estrellas, del que además es accionista minoritario. De hecho ya efectuó algún intento con la familia Martínez para comprarle el edificio. Lence, que ya tiene otro hotel, además del de Lugo podría también tener sus ojos puestos en el establecimiento compostelano, que es el que cuenta con más pretendientes. Tampoco está descartado que optara al tercer hotel, el de Santiago, lo que le permitiría contar con medios para negociar en situación preferente con una cadena que los explotara. El otro posible comprador del edificio de Ramón Ferreiro, vinculado directamente a la hostelería, ya visitó el Gran Hotel de Lugo en esta semana. Podría estar interesado también en hacerse con el hotel de ourense, al margen del de Lugo.

Gran hotel de compostela

En los últimos meses no dejó de recibir visitas de empresarios y ojeadores interesados en hacerse con él. Es el más moderno de los tres y el más apetitotoso desde el inicio del proceso, porque está situado en una ciudad de un importantísimo movimiento turístico, que se refleja en sus datos de ocupación. Cuenta con una plantilla de 22 trabajadores. Por él optan una conocida cadena hotelera y un fondo de inversión, que está relacionado estrechamente con otra de las cadenas que operan en el mercado internacional. La deuda de este establecimiento, con una hipoteca con Caja España, supera ampliamente los siete millones. La entidad financiera parece que está interesada en cerrar la operación cuanto antes, incluso en este mismo mes, para poder liberarse de la carga que supone en estos momentos este bien inmobiliario. Si finalmente el banco y una de las cadenas llegan a un compromiso por escrito, quedaría el acuerdo con el administrador concursal para cerrar la venta del hotel de Santiago.

El san martín de Ourense

Sin carga hipotecaria. Pese a que la deuda es importante, este hotel carece de hipoteca, con lo que la negociación no sería a dos bandas como en el caso anterior, en el que las entidades financieras buscarían comprador y fijarían las condiciones para la venta de su crédito. No obstante la operación la tiene que cerrar el administrador concursal -los juzgados de los tres concursos, pendientes de acumular, nombraron en su día al economista Manuel Morera- con el visto bueno del Juzgado Mercantil.

Negocios funcionando

La mejor posición para las negociaciones. Bancos y administrador se propusieron desde el principio la venta de los hoteles cuanto antes y en funcionamiento. De lo contrario perderían una parte muy importante de su valor. Para el personal, que vuelve a estar cobrando y en el caso de Lugo ha visto solucionado el problema que suponía pertenecer a varias de las patronales del grupo Martínez Núñez, garantiza el mantenimiento de sus puestos de trabajo con los nuevos propietarios. El objetivo es encontrar comprador y cerrar las operaciones en la fase común del concurso, que es en la que están en estos momentos. Cabe recordar que los tres establecimientos se encuentran en concurso de acreedores. El de Santiago fue el primero que se presentó. Lo instaron los trabajores, amparados en las deudas salariales acumuladas. El de Lugo fue iniciativa de un grupo de ex empleados, asesorados por la CIG y es el que está más avanzado. Está pendiente de la entrega del informe del administrador concursal. El auto que admite a trámite el de Ourense fue publicado hace no muchos días. También lo presentaron los trabajadores.

El proceso

Hasta después del verano. Aunque las entidades financieras llegaran a un compromiso formal en la venta de sus créditos en las próximas semanas, las operaciones no podrían cerrarse hasta el otoño, aunque solamente fuera por una cuestión de plazos. Es previsible que la familia Martínez Núñez no se quede de brazos cruzados viendo como su antigua cadena hotelera pasa a otras manos y que entable procedimientos en la vía judicial, a través de recursos, lo que frenaría el proceso. De hecho desde que el juez santiagués José Antonio Vázquez Taín inició la operación Caballo de Troya por la supuesta venta fraudulenta al empresario Ángel de Cabo, los Martínez realizaron todo tipo de maniobras -judiciales y en el ámbito societario- encaminadas a evitar el concurso de acreedores. Primeramente frenaron una huelga en pleno Arde Lucus del año 2014, con la promesa de que estaban en negociaciones con un inversor que iba a solucionar el grave problema económico de la sociedad. La huelga se aplazó con el pago de una mínima parte de la deuda, pero la solución no llegó. Posteriormente un acreedor instó un concurso necesario para cobrar una deuda mínima, respecto del volumen total. Los Martínez Parra pagaron y frenaron que las cuentas llegaran al juzgado, cuando el hotel ya llevaba varios años cumpliendo los requisitos mínimos para el concurso. La administradora Isabel Martínez Parra, nombrada por el juez Taín y ratificada en junta de accionistas, mantuvo esta posición a sabiendas de las responsabilidades personales que asumía. Se las recordaron los socios minoritarios en varias de las juntas celebradas, la primera de ellas a instancias del propio Juzgado Mercantil.

El personal

A la expectativa de los movimientos. Después de varios años con problemas de cobro, demandas judiciales e intranquilidad total, el personal de los hoteles está a la expectativa de los movimientos que se puedan producir y deseoso de que todo vuelva a su sitio para poder trabajar sin presiones. Ahora están funcionando y cobrando y ambas circunstancias dan cierta tranquilidad y la estabilidad suficiente para que los hoteles sigan activos y así puedan tener venta.