El ciclista navarro participa en un nutrido grupo que recorre la ruta jacobea
02 jul 2015 . Actualizado a las 20:44 h.El presidente de AC Hoteles, Antonio Catalán, prometió hace 25 años que si su hija, en aquel momento una niña de dos años, se recuperaba de un grave atropello, haría el Camino de Santiago. El Apóstol escuchó su ruego y el empresario navarro está cumpliendo estos días por vigesimoquinta ocasión su promesa y por lo tanto celebrando sus bodas de plata con la ruta jacobea. El empresario navarro nunca hace el camino solo, siempre va muy bien acompañado por un nutrido grupo de amigos entre los que no falta casi nunca el navarro más universal, Miguel Indurain, así como el cantante invidente Serafín Zubiri, quien cubre las etapas en un tanden con un acompañante. Este año se sumó al pelotón uno de los clásicos del mundo del motor, Sete Gibernau. La presencia de tantos famosos no pasó inadvertida en un lugar tan pequeño como Samos y por ello Indurain posó en poco menos de treinta minutos que estuvo en los alrededores del convento para cientos de selfies y fotografías. El ex ciclista derrochó paciencia y simpatía tanto para atender a un maduro peregrino español que tras reconocerlo dio varios saltos de alegría, tres italianos también talluditos que casi derramaron lágrimas de emoción y un nutrido grupo de estudiantes que, a pesar de su juventud, lo reconocieron de inmediato y se fotografiaron con él. «Mi padre no lo va creer», manifestaban la mayoría. Los setenta ciclista disfrutaron de tres cicerones de excepción, el prior, José Luis Vélez, el director del Alfonso IX, Ramón Álvarez, y el empresario Juan Luis Díaz.