¿Quién es Pedro Sánchez?

Pablo Núñez

LUGO

24 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Era un eslógan de campaña cuando Pedro Sánchez decidió dar el paso y presentar su candidatura a la Secretaría General del PSOE. A estas alturas sobra la pregunta y son conocidas las respuestas.

Menos conocido resulta el hecho de que Sánchez cuente con lucenses entre sus colaboradores, incluso desde antes de ser candidato. De ahí una especial y estrecha cercanía con esta provincia y su capital.

Este miércoles pasó por A Mariña y Lugo y, como ya habrán visto en los medios de comunicación, trasladó esa cercanía a los ciudadanos y vecinos que se le acercaron. En Foz, recibió las inquietudes que se extienden por toda la comarca mariñana, recogiéndolas de la voz de los que las sufren. La problemática del empleo, Alcoa, el hospital, habló con gente del sector pesquero y de la empresa Vestas, y los interminables problemas de infraestructuras viarias autonómicas o estatales, incluyendo la por desgracia trágica A-8.

Ya en Lugo, a pie de autobús atendió a los trabajadores de las contratas de Telefónica, para desplazarse luego a la carpa que ya ha iniciado la Marea Roja, prometiendo llevar el tema al Congreso. Sensible y cercano con las demandas de los lucenses para que la Xunta dote con los servicios adeudados al HULA, y haga valer la palabra y las promesas de su presidente. Sensible y cercano, pero no sorprendido. Aparte de ser ya conocedor, de apoyarlo desde el comienzo, y de interesarse a menudo por cómo va este tema vital para la provincia, él mismo explicó a la multitud de vecinos que le escuchaban, que no existen las casualidades, qué la política sanitaria del Estado se parece demasiado a la gallega. ¿Qué opinan ustedes? Digo de vez en cuando, y estas ya son mis palabras, primero prueban aquí y luego se exporta, somos el laboratorio.

Pedro sigue siendo el mismo tipo sencillo que hace un año descolgaba un teléfono para llamar a un compañero y pedir consejo o a un ciudadano en apuros, un huracán de aire fresco que sigue ofreciendo su mano tendida y su abrazo. Sin que se le subiese a la cabeza, y tan distinto a otros políticos. De ahí su evidente similitud con Besteiro, que extrañará solamente a los que no los conozcan a ambos.