El principal socio de Dorribo también reclama los 868.000 euros retenidos

Xosé Carreira LUGO/ LA VOZ

LUGO

Dorribo mira a su socio Arsenio Méndez (a la derecha).
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Arsenio Méndez apoya la petición de los administradores de Nupel

15 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Los más de 868.000 euros sacados a Bankia y que hasta ahora la jueza Estela San José consiguió mantener a buen recaudo bajo llave parecen ser el botín más codiciado actualmente en la operación Campeón. Ese dinero, proveniente de una subvención del Banco de Crédito Europeo a la empresa de Jorge Dorribo se lo quedó el gigante bancario para tapar las deudas que el empresario había contraído. La justicia obligó al banco a devolverlo y fue la instructora de la Campeón la que le echó el guante para poder pagar a posibles perjudicados por las andanzas de los imputados.

Que se sepa, ese dinero lo pretenden los administradores concursales y también reclama que el juzgado de instrucción lo libere Arsenio Méndez, socio de Jorge Dorribo. Esta persona se enfrenta a una petición de algo más de once años de cárcel por parte del Ministerio Fiscal que le atribuye diversos delitos. También le reclama el pago de multas por importe superior a los quince millones de euros. Dorribo, por su parte, tiene una petición de 24 años de prisión.

Méndez, en el recurso de apelación que presentó a través de su procuradora en contra de la decisión de Estela San José de quedarse con el dinero que previamente había ingresado Bankia en sus cuentas, recuerda que la Audiencia aceptó el personamiento de los tres administradores concursales, Juan Antonio Vallejo Herranz, Manuel Víctor Sánchez López y José Benito López Ferreiro, «como parte interesada en el proceso, cuando menos, desde un aspecto patrimonial, al encontrarse en liquidación, extinta, Nupel».

Dice la representación del socio de Dorribo que «a pesar de lo insólito que pueda parecer a la instructora la posición de Arsenio Méndez, lo cierto es que, afectado de la responsabilidad civil inherente al proceso penal, tiene todo el derecho a que los intereses patrimoniales en que se ve afectado se gestionen adecuadamente conforme a derecho (entre ellos la prohibición de disponer de todos sus bienes acordada por el juzgado de instrucción en la presente causa) y si resulta que lo peticionado por los administradores concursales aminora su responsabilidad deudora en un concurso culpable, no cabe reproche en el ámbito penal, no ya por estar vedado el embargo de bienes de la sociedad concursada, sino que no estamos ante el «cuerpo del delito». Añade además: «en todo caso, la minoración del quatum indemnizatorio por responsabilidad concursal nunca sería equivalente a la entrega a Arsenio Méndez de cantidad alguna, una vez acordado el levantamiento de la medida cautelar».

Recuerda también el recurso del socio de Dorribo que reclama el levantamiento del embargo del dinero que a él le afecta por cuanto fue condenado a la cobertura del déficit patrimonial de un concurso de acreedores, por no hablar de la pérdida de cualquier derecho en el concurso que pudiera corresponderle».

En el recurso también señala que la jueza San José (ahora al frente de un juzgado penal de Huelva) utilizó base legal equivocada. Dice también que los más de 800.000 euros no podrán ser considerados cuerpo del delito porque son el resultado de «una acción de reintegración» reclamada por la administración concursal frente a Bankia «para el reintegro de cantidades dispuestas para cobertura de posiciones acreedoras de tal entidad con Nupel».

Los recursos presentados han de ser resueltos por la jueza que sustituye a Estela San José. Los reclamantes los formularon también ante la Audiencia para que sea esta quien decida en caso de que la responsable del juzgado no acepte entregar el dinero.

El nuevo reclamante dice que no hay base legal para quedarse el dinero

El empresario bautizó dos embarcaciones con el nombre de su mujer

Aveline Fernández, la esposa de Dorribo, recupera (como ya se anticipó ayer) el lujoso yate Mansoor que estaba a su nombre. La jueza considera que, al no ser objeto de ninguna imputación la mujer del polémico empresario, la embarcación debería retornar de nuevo a su propiedad con lo que podrá ser usada por la misma, aunque es posible que tenga que ser reacondicionada debido al tiempo que permaneció en inactivo. El yate costó, según los datos que apareen en el sumario algo más de un millón de euros.

En la investigación también se refleja que Dorribo, en compañía de otras personas llegó a adquirir 16 embarcaciones en un período de seis años. A dos de ellas les asignó el nombre de Aveline. Otros fueron nombrados como Naranja Mecánica o Anthea, entre otros.