El centro comercial de Abella no abrirá hasta después del verano

Dolores Cela Castro
dolores cela LUGO / LA VOZ

LUGO

La selección de ayer destapa la cruda realidad del paro en Lugo

13 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El centro comercial de Abella, cuya apertura generó grandes expectativas de empleo, como la vivida ayer con la recogida de currículos para el hipermercado, E. Leclerc, no abrirá hasta después del verano. De hecho el establecimiento que ocupará 3.750 metros cuadrados de sala de ventas y que será el motor del centro comercial, no obtuvo la licencia de obra hasta esta misma semana.

El promotor de Abella, el catalán Luis Ridao, declaró hace semanas que iba a consultar a las firmas que abrirán en Abella la fecha que preferían para poner en marcha el negocio. Barajaban antes de las rebajas de verano o después de estas. El otro centro comercial, As Termas, que este año cumple su décimo aniversario, también entró en funcionamiento después de las vacaciones de verano y aprovechó las fiestas de San Froilán para hacerlo.

La selección de personal de ayer marcó una fecha en los preparativos para la inauguración de Abella, pero también dejó al descubierto una triste situación derivada de la progresiva destrucción de empleo. Según cálculos estimativos efectuados por la patronal lucense, que se encargó de recoger las solicitudes, unas 6.000 personas entregaron sus datos de cara a optar a uno de los 75 empleos que oferta el hipermercado. Representa el 24% de los parados de la provincia que están inscritos en las oficinas de empleo.

Trabajadores en activo

Cabe señalar que no todos los que presentaron sus currículos eran parados. También había trabajadores en activo que buscaban mejorar su precaria situación laboral. Todos cuentan que, si son seleccionados, tendrán que acudir a cursos de formación para conocer la forma de trabajar del hipermercado de capital francés, que monta su primera tienda en Galicia.

El deseo de encontrar un empleo llevó a muchos aspirantes a alguno de esos 75 puestos a madrugar y a formar cola antes de las nueve de la mañana, en que empezaron a recoger los currículos. Pese a que había seis personas dedicada a colocarlos en el apartado del puesto de preferencia, y la entrega fue ágil, en la mañana hubo largas colas que casi daban la vuelta a la manzana.

E. Leclerc será la empresa que se asiente en Abella que más personal contratará. De momento no ha trascendido el sistema que seguirán en resto de la compañías para completar sus plantillas. Hace meses, el promotor del centro señaló que cada empresa se encargará de realizar las gestiones relativas al personal.

Hasta ahora solamente ha trascendido el nombre de una parte de las firmas que se instalarán en el centro comercial del entorno de Lamas de Prado.

Críticas desde Londres

El sistema de selección de E. Leclerc generó numerosas críticas por parte de los aspirantes a alguno de los puestos. Censuraron que los currículos solamente se pudieran entregar en persona y no por correo electrónico. Protestas de este tipo llegaron a la redacción de este periódico de un grupo de gallegos que está trabajando en el Reino Unido y que estaban interesados en optar a alguna de las plazas.

Las críticas no llegaron solo del extranjero. A las puertas del centro de formación de la CEL una aspirante señaló que le encantaría que funcionara el centro comercial, porque sería muy positivo para la zona en la que está emplazado, en el entorno del viejo hospital que dijo parecía Chernóbil. Sin embargo apostilló: «No se si me interesa trabajar para una empresa que selecciona a su personal de esta manera». «Nos han citado aquí -dijo la mujer que lleva tres años en el paro- para poder sacar la foto de los pobres parados, que servimos para hacer márketing, porque posiblemente los puestos ya estén dados».

«Llevo año y medio en paro. Entrego una media de 4 currículos al mes, en todo lo que se va saliendo»

Alexandra, 21 años

«Trabajo de camarera los fines de semana y me gustaría hacerlo todos los días de la semana»

Verónica, 21 años

«Dicen que la esperanza no se pierde pero, veo bastante difícil que me cojan»

Belén, 23 años