La falta de sensibilidad en dispositivos públicos a los que acuden mujeres que sufren maltrato es especialmente preocupante, como denuncia Si, hai saída. La Casa da Mulller de Lugo es, según exponen, un ejemplo significativo de la carencia. «Fun pedir axuda á Casa da Muller e cando lles contei o que me pasaba preguntáronme que para que me casara sabendo como era, e para que tivera fillos», expuso Ana María Barreiro. «Segue habendo defendidas de primeira, de segunda e de terceira. A defensa dunha muller maltratada vai directamente relacionada co seu poder adquisitivo», señala Rodríguez Engroba. Apuntan que hay cantidad de policías, psicólogos o trabajadores sociales, entre otros profesionales, que no tienen sensibilidad con las víctimas, y llegan a instarlas a volver con sus agresores.