El capón busca alas en Bruselas

Xosé María Palacios Muruais
xosé maría palacios VILALBA / LA VOZ

LUGO

La obtención de un sello oficial se concibe como la puerta a nuevas vías

21 dic 2014 . Actualizado a las 05:01 h.

El sabor del capón es más conocido que sus dotes para volar. Sin embargo, el producto que se asocia, casi automáticamente, con las comidas navideñas está actualmente, sin olvidar la cercanía de su momento de consumo habitual, pendiente de un reconocimiento que vendría a ser como una capacidad para volar de una manera diferente a la que se conoce.

Desde hace años, se persigue un reconocimiento oficial al que en estos momentos le falta el trámite en la Unión Europea. El visto bueno de Bruselas permitiría cerrar un proceso de años y abrir nuevas expectativas para el producto.

consecuencias

Nuevos criadores, más profesionalización. La creación de la IXP Capón de Vilalba abriría la puerta a la entrada de nuevos criadores. No hay ningún veto que ahora impida cebar aves para la feria anual, que se celebra hoy; pero así se abrirían otras perspectivas, ya que se admitiría la posibilidad de criar un capón de menos peso y de menos tamaño que el tradicional.

requisitos

Más zona. La creación de un reglamento sería una de las consecuencias de la entrada en vigor de la IXP. El ámbito de cría no se limitaría a Vilalba, sino que abarcaría los otros ocho municipios de la comarca chairega, entendida según la distribución realizada por la Xunta -Abadín, Muras, Xermade, Guitiriz, Begonte, Cospeito, Castro de Rei y A Pastoriza-. Algo similar ocurrió con otro conocido producto vilalbés, el queso de San Simón da Costa, que también se puede elaborar, tal como se recoge en el reglamento de la Denominación de Orixe, en esos ocho municipios; de hecho, en tres de ellos -Castro de Rei, A Pastoriza y Abadín- hay actualmente sendas queserías inscritas en el Consello Regulador.

aumento

Más producción, menos precio. El capón de cinco meses tendría unas cifras de producción superiores a las que ahora se asocian con el capón tradicional. Aunque será el mercado -como precisa Gonzalo Hermida, técnico de Emprego del Concello de Vilalba- el que determine la demanda exacta, se supone que se comercializarán varios miles de aves al año, frente a las menos de 2.000 que se crían ahora. No se limitará su venta a las cercanías de la Navidad sino que se llevará a cabo de manera constante. El precio será inferior, con unos 30 o 40 euros por ejemplar.

pasos ya dados

Control de las aves. Hace varios años, la feria abandonó el párking subterráneo de la Praza da Constitución, adonde había llegado tras haberse celebrado en la Praza de Santa María y en el pabellón polideportivo, para tener lugar bajo carpa en es mismo lugar. El cambio de imagen del certamen ha sido evidente, aunque también se dieron otros pasos alrededor de la feria y del ave que lo protagoniza. Los criadores visten una bata blanca en un día como el de hoy, y el producto lleva una etiqueta en una pata y un anillo con cuatro cifras en otra. Esos cuatro dígitos permiten identificar cada uno de los capones del censo oficial.

balance

Evolución dentro de unos límites. «Dentro dun produto artesán, non hai máis». Hermida se refiere así a la evolución seguida por el capón en los últimos años. «Déronse pasos. Non se deu o definitivo. Dentro do que hai, chegouse ao teito máximo», opina. El animal tiene una imagen más homogénea que hace décadas, y los criadores están agrupados en una asociación y celebran reuniones con el Concello en vísperas de la feria.