Barra libre en la mansión de Dorribo

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LUGO

La casa está abierta y es usada para hacer botellón y para actos vandálicos

04 nov 2014 . Actualizado a las 09:17 h.

Lo poco que va quedando de la vivienda de Jorge Dorribo, en Santa Mariña, se lo apropian los ladrones, o lo rompen las vándalos o las pandillas de botellón. A la finca se puede entrar por la parte posterior o desde las piscinas de Santa Mariña, y quienes lo hacen se encuentran con las dependencias de la casa sin puertas en muchos casos, o con ellas abiertas de par en par. Dentro, hay restos de botellón y utensilios rotos a golpes por actos de vandalismo. Y en cuanto al pillaje, en la casa ya no queda casi nada. Faltan puertas, los cristales de mayor tamaño y todo lo que se puede llevar o arrancar. En algunos baños los amigos de lo ajeno se tomaron la molestia de picar las paredes para coger las tuberías de cobre, al margen de las piezas sanitarias, que ya pudieron ser llevadas tras la salida de la cárcel de Dorribo, en unos camiones que nunca se aclaró quien los había enviado.