Doble crimen de Xermade, una colilla que puede costar 74 años de cárcel

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

LUGO

Brais Lozano reconoce que estuvo en el lugar del asesinato, pero dice que no intervino

30 sep 2014 . Actualizado a las 10:15 h.

El Pibe, el hombre que ayer no pudo sentarse en el banquillo de acusados de la Audiencia para responder por la muerte de un padre y su hijo en Burgás (Xermade) porque falleció el pasado mes de abril, fue condenado en una ocasión por culpa de la colilla. Por eso, en la madrugada del miércoles de Ceniza de 2012, cuando fue con Brais Lozano Osa a la vivienda del barrio de Casas Novas para dar un palo y conseguir un botín a base de cocaína y euros, ordenó: aquí no se fuma.

Pero sí se fumó y quien lo hizo fue Brais Lozano. Si tomó la precaución de deshacerse de la colilla, lo hizo mal. Tan mal que le delató. Los guardias la encontraron, la enviaron a analizar y el resultado estableció que quien fumó ese comprometido cigarrillo fue quien ahora se enfrenta a una petición de condena de 74 años de cárcel. El fallecimiento de su colega Juan José Calaza lo deja solo ante el jurado y el presidente del tribunal. «Ojalá pudiera estar aquí para que pudiera dar la cara», le dijo el acusado a su abogado Jorge Vázquez Vila, refiriéndose al otro implicado.

Pero Brais aún metió más la pata. En este caso sería más apropiado decir el pie, porque las huellas de sus zapatillas Osiris también le delataron. Con semejante panorama no pudo negar que estuvo en la casa. Ese hecho es indiscutible, pero el jurado tiene la difícil papeleta de decidir si tuvo participación en la muerte de Víctor Hermida Purriños, de 78 años y de su hijo Eulogio, de 51 y en las lesiones de la esposa y madre de las víctimas mortales, Domitila Rodríguez. De las tres personas que estaban en la casa solo se salvó la mujer, pero no vio nada y lo único que pudo decir de la persona que la atacó fue que era de estatura alta. La versión de los hechos, según la versión del acusado es la que se ofrece a continuación.

un accidente inventado

Droga y dinero. Brais Lozano, recibió en la noche del martes de carnaval de 2012 una llamada en el móvil de su padre. Era su amigo Juan José Calaza, el Pibe que le decía «que un amigo con el que yo había estado por la tarde había tenido un accidente». Sorprendido por la noticia quedaron para hablar. Calaza quedó en recogerlo, pero no apareció a la hora prevista. Por eso Osa lo llamó desde una cabina.

Los dos acabaron encontrándose y Calaza le dijo a Lozano que lo del accidente era una coña. Después de tomarse unos «tiros» el ahora fallecido supuestamente le hizo una propuesta a su colega. «Me estuvo comiendo la cabeza para ir a la casa, que era como un punto de distribución de un poblado gitano. Me tentaba con que había mucho dinero y droga y al final fuimos», contó el acusado. Se desplazaron en un Twingo del Pibe que aparcaron en un prado próximo a la casa.

Pasamontañas y bragas

Entran por una ventana. Según el acusado, el Pibe llevaba pasamontañas y bragas de cuello para ocultar el rostro, y se las pusieron. Entraron en la casa a través de una ventana a la que se encaramaron utilizando una caja de cervezas. «Yo me quería ir», advirtió el acusado, sin embargo siguió el plan. Registran la cocina, pero no encuentran nada (Un guardia dijo que la droga se ocultaba en una lata que estaba en la despensa). «Él se pone nervioso. Le digo que nos vayamos ya, pero no hace caso y sube al piso de arriba. No va armado. Yo me quedo en la cocina un cuarto de hora. Oigo gritos, pero sigo esperando. No me marcho por miedo», dijo. «¿Miedo a quién?», preguntó el fiscal. «A Calaza, que era muy agresivo», respondió Lozano Osa.

«¡Pero qué coño haces!», plantea el acusado a su colega al escuchar los gritos. La respuesta fue que esperara abajo . «Le respondo que acabe ya, que nos vamos, pero al final acabo subiendo», dijo el reo.

Encuentro con el horror

Discusión. Lozano Osa llegó hasta la habitación del matrimonio de la casa y se encontró con todo revuelto, manchas de sangre en las paredes, Víctor Hermida Purriños tirado al lado de la cama y su esposa sentada en un sofá. Por el camino vio a otro hombre tirado en un pasillo. Era el hijo del matrimonio, Eulogio Hermida, de 51 años. Los dos hombres entablaron una discusión, según contó el acusado.

Con la mujer a rastras

«Paseo por las escaleras». El acusado relató al tribunal que entró en la habitación, cogió a la mujer y la llevó escaleras abajo para la cocina. El fiscal asegura que la arrastraron por los pelos, pero Lozano Osa dijo que se la llevó por el brazo. La dejó en las escaleras boca abajo. Luego le dijo a su colega si se estaba volviendo loco. El escenario del crimen, dijo el fiscal, reflejaba perfectamente el horror: había sangre por las paredes y a Víctor Hermida alguien le arrancó la mascarilla del producto que inhalaba y le metieron el tubo en la garganta.

Después de una nueva discusión entre ambos, Osa dijo que volvió a subir a la mujer a la habitación. La llevó de ganchete, la colocó en un asiento y le dijo: «Mi amigo está muy loco. Ya ve lo que está pasando, dele el dinero». Al poco rato entró El Pibe en la habitación y advierte al colega que no puede quedar nadie y golpea a Domitila con el mango de un hacha. «Le agarré del brazo, le empujé y le dije qué estaba haciendo», relató el acusado. El fiscal le preguntó si se arrodilló ante él, como en algún momento parece que declaró, y ayer respondió que creía que sí, aunque no lo sabía con exactitud.

Mientras tanto la mujer pedía que la dejaran porque allí no había ni dinero ni nada. «Nos dijo -aseguró Brais Lozano ayer durante el juicio- que la droga se la habían llevado a otra casa el día anterior».