La iglesia que atrajo a la nobleza, amenazada por la falta de atención

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

AS NOGAIS

ALBERTO LÓPEZ

La humedad daña las pinturas, un espectacular retablo barroco y otros elementos

30 ago 2014 . Actualizado a las 07:06 h.

La iglesia de San Xoán de Torés (As Nogais) atrajo a los de Medinaceli, a los Hohenlohe, a príncipes y a princesas imperiales, sin embargo no atrae ni al obispado, ni a Cultura, ni a los organismos que tienen la obligación de velar por el cuidado y atención del patrimonio. El conjunto, de extraordinaria belleza en su interior, está seriamente amenazado. La humedad hace mella en las pinturas, los retablos necesitan urgente atención, las paredes se caen a pedazos en algunas partes...

Los Medinaceli están prendados de la iglesia. Tanto que incluso planean celebrar en ella alguna boda. La pequeña Cecilia Hohenlohe comulgó el jueves por primera vez ante un retablo barroco de finales del siglo XVII que fue pintado y dorado entre 1766 y 1787, de acuerdo con los datos aportados por el investigador Luis López Pombo, que realizó varios estudios sobre el patrimonio de As Nogais. Si alguien no echa una mano por el templo, es posible que si Cecilia vuelve para casarse, se encuentre con una representación podrida y devorada por las polillas.

La iglesia fue objeto de múltiples ataques por parte de los numerosos seguidores que el feísmo tiene en Galicia. Obispado y Cultura consistieron que los cables dañasen las pinturas y que sobre las mismas quedaran los enchufes. Pero hay más, echaron delante del templo toneladas de cemento para hacer una plaza. La llegada de la asociación de vecinos remedió en parte la situación. Con personal de un obradoiro fue pavimentada la plaza, pero el hormigón sobrevive en unas escaleras de acceso y también en unos muros. El obradoiro, que también puso en valor la torre de los Medinaceli, se esfumó porque, dicen, no hay fondos públicos.

Ahora, los de la asociación tratan de conseguir la restauración del templo. Al parecer, fueron elaborados varios presupuestos, pero corren malos tiempos para el arte. El templo de Torés tiene en su entrada un arco carpentiano que es de los pocos que existen en Galicia. Se accede al interior de la iglesia a través de un porche cuyo techo está dañado porque le cayó un pedrusco desde la zona del campanario.

Crónica celebración en Torés (AS nogais)