Guerra a la avispa asiática en la provincia

Iván Díaz Rolle
i. díaz rolle VIVEIRO / LA VOZ

LUGO

XAIME RAMALLAL

Trabajadores de Tragsatec acaban con un mínimo de seis nidos diarios en A Mariña

20 ago 2014 . Actualizado a las 06:51 h.

La avispa asiática ya no campa a sus anchas en tierras mariñanas. La guerra ya esta declarada y la plaga, poco a poco, va menguando. La vespa velutina logró, incluso, introducirse en Asturias y en A Coruña, pero su sentencia de muerte parece haber sido firmada en la costa lucense. O eso, al menos, se desprende tras hablar con alguno de los operarios de Tragsatec, la empresa que se está encargando de reducir los nidos: «Contamos con la ayuda de los bomberos, protecciones civiles y muchos apicultores que ven peligrar su pan de cada día. Como conjunto, seguro que podemos acabar con esto».

Esta vespa velutina, también conocida como avispa asiática o avispa asesina, ha producido importantes pérdidas entre numerosos apicultores. Y es que esta especie alimenta a sus crías de abejas autóctonas para que estas produzcan su alimento. Así, entenderán la creciente preocupación entre los productores de miel de la comarca.

Suelen crear sus nidos en lugares cercanos a la costa y a colmenares de especies autóctonas, de las que poder nutrirse. Y esos nidos cada vez son más grandes. Anteayer, se encontró uno del «tamaño de un barril», en Naseiro, Viveiro. Al principio, su tamaño medio era aproximadamente el de un balón de fútbol, ahora, dicen que se aproxima más al de una pelota de playa. Algo que dificulta el trabajo de los encargados de acabar con estas plagas, pues las colmenas están repletas de avispas y es mucho más difícil encontrar a la avispa reina entre tanta obrera. Si esta no muere, podrá conseguir crear otro nido.

Muchos de ellos aparecen a lo largo y ancho de A Mariña, sin distinguir entre centro urbano o rural. Prácticamente todos los municipios mariñanos han conocido ya a la avispa asiática.

Así las combaten

A razón de un mínimo de seis nidos por día -«hay jornadas de ocho o, incluso, diez», matizan -, veterinarios contratados por Tragsatec van acabando con ellos. No están solos, pues cuentan, a menudo, con el apoyo de bomberos, protección civil y hasta particulares que preparan sus propias trampas artesanales.

El modus operandi es harto sencillo, pero efectivo. Anteayer trabajadores de este periódico pudieron ver in situ su tarea en pleno centro de Viveiro. Dos empleados de Tragsatec eliminaron un nido de vespa velutina en pleno centro de Viveiro, instalado en un décimo piso en la calle Nicolás López.

Lo primero, es protegerse; los «cazadores de avispas asiáticas» se enfundan en un traje que los cubre enteros para evitar picaduras o algún otro tipo de problema. El nido es rociado con un espray desinsectante altamente tóxico -para él tampoco viene mal el traje protector- que, en solo diez segundos, acaba con la vida de las avispas que están dentro. Luego, cortan el nido para poder asegurarse de haber acabado con ellas e intentar encontrar a la reina.

Siempre buscan el nido, formado de celulosa, con intención de llevárselo. «Es básico encontrar a la avispa reina para que no pueda crear otro. Sin embargo, ahora, con nidos mucho más grandes y cargados de avispas esa labor se dificulta», explican miembros de Tragsatec. Muchas de las avispas asiáticas que están fuera del nido sobreviven y, tras buscar durante unos minutos su desaparecido hogar, acaban huyendo.

la crónica de una lucha sin cuartel