El investigador José Julio Porto, uno de los coordinadores del estudio, explica que la cápsula, llamada Photon, combina el efecto de una sauna, pues hace sudar a temperaturas de 50 y 60 grados, con los infrarrojos: «Cada sesión na cápsula equivale a andar seis quilómetros a bo ritmo», relata, por eso pensaron que esta técnica, que ya se utiliza en dolencias como las inflamaciones o el insomnio, podía ser útil también para combatir la obesidad.
De este modo, aplicaron la tecnología para ver sus efectos en varios parámetros bioquímicos relacionados con el estado nutricional y con la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles en sujetos con un estado de sobrepeso.
La tecnología por infrarrojos de lejos se utiliza también para otros fines como la recuperación de deportistas de élite tras las competiciones más exigentes o la prevención de recaídas en pacientes de enfermedades coronarias que tuvieron algún episodio reciente. También se emplea con la finalidad de depurar los metales pesados depositados en la grasa del organismo, favoreciendo su expulsión a través de la orina.
Sin efectos secundarios