Las pruebas con aviones no tripulados en Rozas generan 600.000 euros al año

Dolores Cela Castro
dolores cela LUGO / LA VOZ

LUGO

Carlos Castro

El INTA mejorará las instalaciones con un proyecto de unos diez millones

26 jul 2014 . Actualizado a las 07:05 h.

El CIAR (Centro de Investigación Aerotransportada de Rozas) le genera analmente al INTA (Instituto Nacional de Tecnología Aeroespacial) unos ingresos de 600.000 euros anuales, procedentes de las pruebas y ensayos que realiza el organismo dependiente del Ministerio de Defensa en las instalaciones que comparte con el Aeroclub de Lugo. Rozas es actualmente referencia y campo de pruebas para aviones no tripulados (UAV). Entre otros proyectos el INTA está realizando test de desarrollo del modelo Atlante para Cassidian, inmerso en la carrera para las certificaciones europeas, además de sus propios modelos SIVA y ALO, entre otros.

El INTA, según su director de experimentación, Bartolomé Marqués, cuenta que los ingresos se multiplicarán en el momento en el que el centro de Rozas esté funcionando al cien por cien. Calcula que en dos años y medio estarán finalizadas las obras necesarias para acondicionar las instalaciones que ocupan en Rozas, en las que tienen prevista una inversión que ronda los 10 millones de euros, entre infraestructuras y equipamientos. Les permitirá evitar el desplazamiento de equipos cada vez que necesiten realizar una prueba, tal como están obligados a hacer en estos momentos.

El INTA, que comparte las instalaciones con el Aeroclub de Lugo, dispone de un un tercio de los días del año para su uso, en virtud del convenio suscrito en su día. En estos momentos está utilizando el 40% de ese tiempo, que ampliará a medida que esté operativo el proyecto en marcha.

La inversión está pendiente de la firma de un convenio entre el INTA, la Xunta y el Ministerio de Economia, que es el que aportará el 80% de los fondos. Bartolomé Marqués señaló que la firma está próxima aunque no adelantó fechas.

De los 10 millones de eur+os que recibirá Rozas, cuatro está previsto que los destinen a las reformas de las instalaciones, donde funcionarán varios laboratorios, un centro de cálculo, un hangar para guardar los UAV y los aviones tripulados del INTA para investigación, además de un centro de control, que instalarán en la vieja torre. Los seis millones restantes los destinarán a sofisticados equipamientos.

La ingeniera aeronáutica Ana Corrales y la física de la atmósfera, Neves Seoane son las dos personas a las que el INTA encargó el proyecto para el Centro de Investigación Aerotransportada de Rozas. Ambas están realizando ya gestiones para poder ejecutar el plan, una vez que se firme el convenio.

Bartolomé Marqués señaló que al ser un organismo de la administración, todas las obras y equipamientos saldrán a concurso público. Apuntó que es previsible que las obras las ejecuten empresas de Lugo, que podrán aportar posiblemente mejores precios que las de fuera porque evitan desplazamientos.

Ya existe el proyecto para la reforma de la torre de control, en la que montarán sofisticados equipos de seguimiento para los UAV, que les permitirán controlar el espacio aéreo en varios kilómetros hacia la zona costera, que es la más idónea para los vuelos, dada la escasa concentración de zonas habitadas. Este fue uno de los motivos que pesó a la hora de que el INTA se decidiera por Rozas como base de las pruebas de sus aviones no tripulados.

Según explicó Marqués, el proyecto de la torre de control, que albergará la misma tecnología que un aeropuerto convencional, contempla la construcción de una torre paralela a la existente, que dotará al edificio principal de un montacargas y de una escalera de caracol y que comunicará todas las plantas.

Rozas dispondrá de un centro de control, un nuevo hangar y laboratorios