Un proyecto de UAV para la vigilancia de costas

La Voz

LUGO

26 jul 2014 . Actualizado a las 07:05 h.

En el plan de inversión para el centro de investigación de Rozas figura el cierre perimetral de las 370 hectáreas de terreno del aeródromo. Bartolomé Marqués explicó que supondría del orden de un millón de euros. Necesitan el vallado para evitar el acceso al recinto de animales salvajes, que pueden cruzarse en la pista con los aviones en prueba. Según dijo, un accidente con uno de estos vehículos puede suponer pérdidas importantes. El prototipo en desarrollo de Cassidian, por ejemplo, que opta a la primera certificación europea de UAV, está valorado en 15 millones de euros.

Marqués explicó que el cierre no obedece a que pretendan mantener las instalaciones aisladas y fuera de la vista de intrusos. Según dijo, cuando las empresas están realizando alguna prueba, sujeta a confidencialidad, aportan sus propios dispositivos de seguridad, tanto de personal como tecnológicos, para evitar que la competencia sepa lo que está desarrollando.

El personal del INTA fotografió corzos pastando en los campos del aeródromo más próximos a sus instalaciones. Los jabalíes también representan un riesgo para las pruebas.

El INTA desarrolla en Rozas, además del programa de investigación de tecnologías que permitan el diseño y construcción de aviones no tripulados, otra actividad, la de certificación. Supone periódicos desplazamientos de técnicos para controles muy rigurosos. Entre las actividades de certificación figuran los últimos modelos de automóviles de algunas marcas, entre ellas Rolls Royce, que efectuó los controles en las instalaciones del instituto en Madrid. Bartolomé insistió en que la industria del automóvil, por razones de competencia con el resto de las marcas, es la que más confidencialidad exige y pone en marcha controles más rigurosos para evitar que puedan filtrarse características de los modelos que están a punto de salir al mercado.

El INTA, que depende del Ministerio de Defensa, trabaja para la empresa privada -alguna de ellas de capital gallego- y para las administraciones. Actualmente están trabajando en un prototipo para vigilancia de costas que sirva de referencia a las distintas administraciones con competencias en la materia.

El aeródromo de Rozas concentra en algunas ocasiones, cuando se trata de pruebas especiales, más de medio centenar de personas en sus instalaciones. La media de técnicos como consecuencia de la crisis pasó de 12 en años de bonanza económica a los seis actuales.