Nostalgia en Chantada y fiestas en A Veneira y Parga

MARIA CARAVEL

LUGO

Carlos Castro

21 jul 2014 . Actualizado a las 06:55 h.

1El restaurante Gema, en la parroquia ribereña de San Pedro de Líncora, acogió el pasado sábado una comida de confraternidad de los alumnos de COU del instituto de Chantada en el curso 1973-1974. Fue la promoción que estrenó el Curso de Orientación Universitaria en este centro de enseñanza secundaria, que entonces se denominaba «instituto» a secas y que ahora lleva el nombre de Lama das Quendas. Entre los asistentes se encontraba la concejala del PP A Coruña Ana María Fernández Gómez, más conocida en Chantada como Ana Vilaseco. Tenienta de alcalde y concejala de Cultura en la ciudad herculina, hace unos años protagonizó una curiosa polémica al tildar de «demasiado gallegas» las fiestas que se organizaban en A Coruña con el gobierno del PSOE. Sobre gustos, siempre se dijo, no hay nada escrito.

A Veneira resiste

2Sería fácil echarle la culpa al tiempo, que anduvo revuelto en todo el sur de la provincia en la jornada del sábado. Pero la escasa asistencia a la fiesta en honor de Santa María Magdalena, en A Veneira de Roques, tiene raíces bastante más profundas que las inclemencias meteorológicas. Esta aldea de montaña de A Pobra do Brollón, situada en las estribaciones de la sierra de O Courel, va camino de engrosar la nutrida lista de pueblos abandonados del interior de Galicia. Aunque en los meses de verano hay algo más de movimiento, gracias a la presencia de emigrantes retornados de los lugares más dispares, solo dos casas permanecen abiertas con carácter permanente a lo largo del año. Los vecinos de A Veneira, sin embargo, se resisten a dejar morir su fiesta principal. Como manda la tradición, hubo misa, procesión alrededor de la capilla y comida de confraternidad.

Cantería y callos

3Bastante mejor suerte en cuanto a poder de convocatoria corre la Feira da Cantería de Parga, de la que este domingo se celebró una neuva edición. El concurso de talla de piedra, que batió récord de participantes, se dedicó a la figura del poeta de Guitiriz Xosé María Díaz Castro, homenajeado este año con motivo del Día das Letras Galegas. De su figura y de su obra literaria habló el pregonero, Alfonso Blanco Torrado, presidente de la asociación cultural Xermolos. Al margen de su valor etnográfico, la feria de Parga tiene el reclamo gastronómica que no suela faltar en este tipo de festejos. A la una del mediodía, en el campo de la fiesta comenzaron a servirse las raciones de callos, plato típico de esta celebración veraniega, preparadas por el restaurante lucense O Pedregal. La bajada de las temperaturas que caracterizó las últimas jornadas contribuyó a que la digestión fuese bastante más llevadera.