Juzgan a un abuelo por abusos sexuales a su nieta

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LUGO

La Fiscalía pide seis años de prisión y 16 de incomunicación verbal o escrita por aprovecharse de la confianza de la niña

29 may 2014 . Actualizado a las 09:28 h.

Un vecino de Cospeito de 80 años de edad se enfrenta la próxima semana a un juicio en el que la Fiscalía le pide seis años de prisión por un delito continuado de abuso sexual a su nieta de 8 años. Los hechos ocurrieron entre febrero y noviembre del 2012 y según el escrito de acusación, el abuelo «guiado por sus más bajos y denostados instintos sexuales y siendo plenamente consciente del alcance de sus actos» aprovechó la confianza de su nieta «con fin lascivo, atentando contra su identidad sexual, aprovechando que ella acudía a su habitación para estar y poder descansar junto a él».

Según la Fiscalía, el abuelo «le hacía objeto de toda suerte de tocamientos en su vagina, tanto por encima como por debajo de la ropa, para así poder satisfacer sus instintos sexuales». El escrito de acusación señala que estos hechos no fueron esporádicos sino que se repitieron en varias ocasiones mientras la niña estuvo en la casa de su abuelo.

La menor pasaba varias jornadas en la vivienda de su abuelo, para cumplir con el régimen de visitas del padre de la menor, e hijo del acusado, durante los fines de semana alternos, y también períodos de vacaciones y dos tardes a la semana, «prevaliéndose de su condición de abuelo y del cariño y confianza que su nieta le tenía».

Sin consentimiento y pesadillas

Todos estos actos, según explica la Fiscalía, se realizaron «con el nulo consentimiento de la menor, sin que por su madurez físico-orgánico pudiese tener conocimiento de la trascendencia del acto». Prueba de ello, es que al parecer la niña no dijo nada sobre los hechos descritos y fue su madre la que advirtió que le ocurría algo a su hija cuando tenía pesadillas nocturnas, además de presentar problemas al miccionar y sufrir irritaciones.

Tras presentar una denuncia la madre, el Juzgado de Primera Instancia número 2 de Vilalba acordó prohibir al acusado acercarse a la menor a menos de cien metros en cualquier lugar donde se hallase, así como de comunicarse con ella bajo el apercibimiento de incurrir en un delito de quebrantamiento de medida cautelar.

Por todos los hechos, la Fiscalía pide seis años de cárcel, inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena, prohibición de aproximarse a su nieta a menos de 200 metros, a su domicilio, a lugares frecuentados por ella y a cualquier otro en el que se encuentre, además de quedarle prohibida la comunicación verbal o escrita, incluido el uso de medios informáticos para contactar con ella por un período de 16 años. Además, se le pide al acusado una indemnización de 9.000 euros «por los detrimentos psíquicos y daños morales».

El juicio se celebrará a puerta cerrada y se evitará la visión entre la menor y el acusado. Además del abuelo y su nieta, declararán los padres y otras tres personas, entre familiares y amigos. También intervendrá un médico forense y una doctora, que emitieron informes sobre la niña.