Los valiosos escudos que el concejal José Piñeiro se cargó

xosé carreira LUGO / LA VOZ

LUGO

CEDIDA

La jueza indaga por qué fueron destrozadas las piezas de cerámica

21 abr 2014 . Actualizado a las 06:59 h.

A principios de enero de 2007 fue destrozado el pedestal de la plaza de Avilés porque el Concello de Lugo planificó una fuente con leones para la rotonda próxima a los juzgados. Nadie planteó trasladarla a otro lugar o, cuando menos, poner el conjunto con la matrona en otro lugar. La destrucción implicó la desaparición de los cuatro escudos elaborados artesanalmente en porcelana de Manises, a los que el concejal de turno, José Piñeiro, no dio ninguna importancia. Ahora deberá responder por ello, en calidad de imputado, cuando el próximo mes de septiembre declare ante la jueza que investiga las razones por las cuales se llevó a cabo semejante ataque al patrimonio histórico lucense.

Uno de los ciudadanos que en su momento se llevó las manos a la cabeza aterrorizado por la «desfeita» promovida por la institución municipal fue el catedrático de dibujo, u obrero del dibujo como el mismo se define, Benjamín Santín Carballada. Él investigó y escribió sobre las piezas. «El grupo escultórico de la matrona con el león se colocó en 1934, sobre un proyecto del arquitecto municipal Eloy Maquieira, y dibujado por el delineante municipal, José Blanco de Velasco. En cada una de las caras del pedestal había cuatro hornacinas sobre las que estaban integradas vasijas o jarrones, lo que podemos considerar a modo de cántaros hidra, es decir para agua. También en cada una de las caras existía el escudo correspondiente a las cuatro provincias de Galicia», explicó.

Añade el profesor Santín que los escudos fueron realizados en el «complicado reflejo metálico, cerámica descubierta en Egipto o Mesopotamia hacia el siglo VII». Añadió que «en el siglo X, en Muel, Manises y Paterna se empezó a elaborar este tipo de cerámica. Los escudos destrozados fueron realizados en Manises. Eran piezas bellas y lujosas y de un valor incalculable por ser únicas».

También el colectivo Lugopatrimonio criticó lo ocurrido, sobre todo «por colocar un pastiche que ten moi pouco que ver co orixinal, e menos aínda co seu significado e emprazamento». Los integrantes del colectivo lamentaban la falta de desconocimiento por parte de las autoridades municipales por el valor artístico del pedestal que, englobaban en el estilo art déco,

En medio de toda la polémica planteada, había intervenido el que era concejal de obras, José Piñeiro. El ahora exedil imputado por los hechos había restado valor al pedestal y apuntó que los cuatro escudos de cerámica acabaron en medio de los escombros porque estaban pegados al cemento y no consiguieron sacarlos con un cincel ni con una rebarbadora. Indicó que habían intentado retirar uno y que acabó rompiéndose. Algunas personas aseguran que un particular recogió los pedazos de uno de ellos con la intención de tratar de llevar a cabo una restauración.

El grupo escultórico estuvo 53 años en la plaza Mayor, desde 1861 hasta 1914. Ese año fue retirado con motivo de las obras de remodelación de la plaza. Los escudos de cerámica fueron colocados cuando fue instalado el pedestal en la plaza de Avilés.

La matrona colocada en la parte superior del pedestal corrió mejor suerte. Quedó destrozada, estuvo algún tiempo en paradero desconocido, pero finalmente fue localizada.

Los hechos descritos fueron considerados por la jueza Pilar de Lara como un presunto delito contra el patrimonio histórico. El Concello de Lugo certificó, a requerimiento judicial, que la matrona se encuentra depositada en las instalaciones municipales de la brigada de obras. A posteriori, la jueza se interesó por saber dónde estuvo la pieza y el concello explicó que desde su retirada en marzo de 2013 estuvo en Fundiciones Pardo.