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Un monumento de origen incierto oculto bajo el monte de Piñeira

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

AGRICULTURA

ALBERTO LÓPEZ

En los registros históricos no constan datos sobre la bodega centenaria

17 dic 2013 . Actualizado a las 15:28 h.

El derribo de un tabique de una vivienda de la parroquia de Piñeira, en la periferia del casco urbano de Monforte, puso al descubierto una de las construcciones históricas vinculadas con la viticultura más importantes de las que se conocen en Galicia. La bodega excavada en el monte, cuya antigüedad podría remontarse al siglo XVI o incluso a una etapa anterior, presenta una entidad arquitectónica que apunta a su relación con la nobleza o con alguno de los monasterios de la Ribeira Sacra, que en esa época tenían en el vino su principal fuente de ingresos.

La montaña fue escarbada hasta alcanzar la roca madre, que sirve de pared de la antigua edificación a unos veinte metros de la entrada principal. Del lado derecho, también se distingue una franja rocosa sobre la que se levanta, a unos dos metros de altura, la piedra cimentada con mortero que da forma al conjunto. En la pared de la izquierda, una puerta adintelada ahora tapiada conduce al parecer a una construcción de tipología similar. La bóveda de la bodega que salió a la luz remata a unos diez metros de altura, configurando una pequeña explanada en el montículo en la que se aprecian tres orificios cuadrangulares a modo de respiraderos.

«Se relacionamos o descubrimento coa economía dalgún mosteiro, o de San Vicente do Pino ten todas as condicións. De pertencer á nobreza, só a casa de Lemos podería ter unha adega aí», señala César Carnero, delegado de patrimonio histórico del Obispado de Lugo. De momento, no existe constancia de ningún documento en el que se aluda a la bodega monumental descubierta en Piñeira, que se encuentra situada en el barrio denominado de As Adegas. Junto a las que se excavaron en el interior del monte comunal, existe un conjunto de construcciones vitícolas a la vista, de menor antigüedad y calidad constructiva, que actualmente se encuentran muy deterioradas. «En Piñeira sempre se falou de que houbera unhas adegas dos Condes de Lemos, pero non se sabía que estaban aí», dice el propietario de la casa en la que apareció la edificación abovedada.

Curiosas similitudes

La tipología arquitectónica de la bodega de Piñeira es muy similar a la de una construcción de reducidas dimensiones y fábrica muy cuidada que se conserva todavía junto a la cocina del Parador de Turismo que ahora ocupa las dependencias del antiguo monasterio de San Vicente. En el parador ourensano de Santo Estevo también existía una bodega abovedada, en este caso de tamaño considerable, muy parecida a la descubierta en Monforte, pero difícilmente reconocible tras la restauración del cenobio, que supuso la transformación de ese espacio en un lujoso Spa.

De los monasterios que existían en Monforte la época de la que parece datar la bodega descubierta en Piñeira, San Vicente era con mucha diferencia el que obtenía más ingresos de la venta de vino. En la abadía de Samos, de la que dependió el cenobio monfortino, se conserva abundante documentación relativa a la importancia del cultivo de la vid. «Los monjes benedictinos recibían instrucciones para que las tierras se plantasen con viña o centeno. La especialización agrícola de los monasterios llegó a ser muy alta y algunos, como San Vicente, eran verdaderas granjas», apunta un experto en esa época.