Temor a la falta de fondos para futuras mejoras en Viladonga

xosé maría palacios texto LUGO / LA VOZ

LUGO

OSCAR CELA

Una nueva fase de trabajos acaba con la consolidación de muros

12 ago 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

«Un xacemento coma este necesita coidados continuos». El yacimiento es el castro de Viladonga (Castro de Rei), y el que pronuncia esas palabras es el arqueólogo Felipe Arias, director del museo que está situado al lado del conjunto castreño y que guarda y exhibe numerosas piezas halladas en sucesivas excavaciones de las últimas décadas. Las atenciones no han faltado en los últimos años, aunque una sombra de duda aparece sobre la posibilidad de seguir contando con fondos para este fin en un futuro próximo.

Al castro se le acaba de proporcionar una nueva fase de esos cuidados cuya continuidad considera Arias imprescindible. La segunda etapa de trabajos, promovidos por la Xunta y continuados este año tras una primera parte que se ejecutó en el 2012, han supuesto otra aportación de labores de consolidación a diversas construcciones y a la muralla del recinto.

Con un presupuesto de 204.000 euros repartidos al 50% entre el año pasado y este, la empresa BIC realizó una serie de mejoras. El criterio con el que se eligen unas actuaciones y no otras parece claro: Arias dice que se establece un programa pensando en lo más urgente, y subraya que un invierno duro, teniendo en cuenta que en la comarca chairega puede incluir heladas y alguna nevada, acaba afectando a las estructuras.

Para trabajos como los del verano pasado y el actual se emplearon fondos del programa comunitario Feder, cuya continuidad, precisa el arqueólogo, no está clara. La incógnita sobre el futuro aparece, pues, en estos momentos. Lo que se lleve a cabo dependerá, dice Arias, «dos recursos que haxa e de que os recursos que haxa se destinen ao patrimonio arqueolóxico ou a outras cousas».

Sin nuevos restos

Los trabajos de este año, a diferencia de lo ocurrido en el 2012, no supusieron la aparición de restos de estructuras. Arias explica que esa diferencia es normal, ya que los trabajos de este año han tenido como escenario otras zonas de la croa del castro. Lo que sí se ha mantenido, para consolidar estructuras y combatir humedades, es una práctica habitual: la piedra que se coloca en los muros y la pizarra que se sitúa por encima, cubierta por una capa vegetal, proceden de la comarca.