Javier Pérez-Batallón: «La administración demostró su desinterés en adquirir la torre de Sarria»

La torre fortaleza de Sarria vuelve a ser, año tras año, noticia porque en opinión de algunos vecinos, su estado de conservación no es bueno y lo que se considera el monumento representativo de la villa, podría correr el riesgo de derrumbe, algo que niega tajantemente Javier Pérez-Batallón Ordóñez, portavoz de la familia propietaria de la finca en que se encuentra enclavada.

-¿Cuál es el estado del torreón?

-Desde que yo la conozco no he apreciado alteración alguna en su estructura y por lo que se refiere a la grieta que tiene en uno de sus frentes, y que ha venido originando polémica, tengo que decir que ya la recordaba en el mismo estado mi abuelo cuando era niño. Recientemente, el pasado 17 de enero, un arquitecto de la Dirección General de Patrimonio Cultural visitó conmigo la torre, subió a ella, la examinó y tomó fotografías y me dijo que la grieta tenía toda la apariencia de ser el resultado de las distintas fábricas del monumento puesto que se encuentra en la separación de la construcción original y la zona más moderna que se ejecutó para cerrar la zona derruida por la que se unía al resto de la desaparecida muralla. Al ser dos construcciones distintas y con varios siglos de diferencia, se produjo la grieta, cosa lógica, pero ahí sigue a través de los siglos.

-¿Desde cuándo es propiedad de su familia?

-La propiedad que ocupa más de 9.000 metros cuadrados, fue adquirida por el padre de mi tatarabuelo sobre 1850. Él se encargó de construir la casa residencial así como otros edificios secundarios como cuadras, palomar, etc. al tiempo que cerró la finca con un muro de mampostería. Precisamente gracias a ello se conservó la torre porque los restos de la antigua muralla se habían ido sacando para hacer muros, casas y calles y ese riesgo corría la torre sino se hubiese cercado la finca.

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