Fadas apela a la conciencia cívica para resistir a la crisis

Laura López LUGO / LA VOZ

LUGO

OSCAR CELA

Hoy comienzan las jornadas que organizan sobre el movimiento asociativo

19 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La sociedad está cambiando, y la crisis ha puesto sobre la mesa nuevos problemas y más colectivos en riesgo de exclusión social. Por eso, ante una situación nueva, hay que buscar respuestas y soluciones nuevas. Con ese espíritu nace Fadas (Federación de Asociaciones de Ámbito Social de Lugo), que aglutina a una veintena de colectivos, y que inicia su actividad con unas jornadas sobre el movimiento asociativo que se celebrarán hoy y mañana. «Se trata de que los colectivos que trabajamos en los sectores de la tercera edad, drogodependencia, trata de mujeres... nos juntemos y sumemos recursos para trabajar de forma más eficiente, tanto de cara a los ciudadanos como la Administración», explica Manuel Varela, presidente de Fadas y de Aliad-Ultreia.

Estas jornadas, que se celebran en el Gran Hotel, servirán para intercambiar reflexiones y planear iniciativas y convertir este encuentro en un foro anual: «Se está trabajando mucho, pero rentabilizando muy poco», añade Varela. En el encuentro participan ALAR-Galicia, Aliad-Ultreia, Ancianos del Mundo, Corazóns Artesáns, Lavandeira (O Saviñao), Cova da Terra, Proxecto Home, Inmigrantes e Retornados Rioplatenses, Implicadas no Desenvolvemento, Madreselva, Concepción Arenal, Auxilia, Comité Ciudadano Anti-Sida, Manos Unidas, Pastoral Penitenciaria, Preescolar na Casa, Voluntariado Penitenciario Lucense y alumnos de los cursos de ayuda a dependientes y de dinamización comunitaria.

Desaparecen asociaciones

En ese nuevo escenario, además, la financiación pública a las asociaciones y oenegés cayó en picado: «Alrededor del 70% de la financiación de estos colectivos depende de la Administración, y al cortarse estas ayudas, muchas asociaciones cierran. Solo en drogodependencia desaparecieron más de la mitad de asociaciones de Galicia en los últimos tres años. En Lugo desaparecieron desde que empezó la crisis sobre el 40% de las asociaciones de carácter social», añade. Así que hay que buscar alternativas. En el caso de Aliad-Ultreia, en los últimos tres años perdieron el 30% de financiación de las Administraciones.

Ese es uno de los retos. Y es que, mientras la financiación se reduce, los colectivos en riesgo de exclusión social aumentan, y las oenegés tienen que hacer encaje de bolillos para seguir prestando servicios con menos recursos. «Por ejemplo, están aumentando los casos de trata de blancas y maltrato. También aumentan los ancianos que precisan ayuda; la población en Lugo está envejecida y los mayores son una parte muy vulnerable, por las enfermedades y porque les afectan de lleno los recortes sanitarios y económicos», señala Varela. Y eso que, según explica Jesús Fernández, directivo de Fadas y de Ancianos del Mundo, en Galicia la incidencia de la crisis podría ser aún mayor de no ser por el tejido familiar «que aquí aún funciona».

«Hay un gran pesimismo social y es a eso a lo que queremos dar respuesta (...). Pero es necesario un mayor activismo ciudadano, dar un impulso al movimiento social y fortalecerlo», comenta Víctor Fraga, directivo de Fadas y de Concepción Arenal.