Los lobos causan una histórica matanza de 40 ovejas en Guitiriz

maria fandiño LUGO / LA VOZ

LUGO

carlos castro

Por la mañana los cánidos seguían comiendo los cuerpos en el campo

28 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Una imagen macabra marcó el despertar de Isaac Losada, vecino de Trasparga, el domingo pasado. Sobre la hierba de uno de sus campos yacían muertas 33 ovejas, muchas de ellas a medio comer, mientras que otras siete agonizaban, gravemente heridas. Unos cazadores que se disponían a comenzar su jornada fueron los descubridores de la tétrica escena, mientras cinco lobos todavía disfrutaban de su más que extenso manjar.

Cuerpos sin retirar

Los cuerpos de los animales permanecían ayer en el terreno, desprendiendo un nauseabundo olor, a la espera de que el servicio de retirada se llevase los cadáveres.

Aprovechando la oscuridad de la noche y la accesibilidad del prado, una manada de por lo menos cinco lobos atacó al rebaño. Dos perros pastores se enfrentaron a los cánidos para defender a las reses, pero acabaron huyendo heridos. Los lobos acabaron con la vida de 33 ovejas, además de herir a otras siete que, según Losada, probablemente mueran dentro de poco debido a la gravedad de las lesiones.

El dueño del rebaño agrava el suceso afirmando que todas las ovejas, que sumaban un centenar, estaban preñadas y que probablemente abortarán por culpa del estrés derivado del ataque.

Pese a la tragedia, Losada se muestra aliviado porque, en otro campo a un kilómetro del lugar de la masacre, pastaba otra parte de su rebaño, en la que las ovejas ya habían parido y descansaban decenas de corderos, mucho más vulnerables.

Medidas de precaución

Según el ganadero, Seprona tomará medidas para evitar nuevos ataques en la zona de Parga, posiblemente el próximo sábado. Pero, por ahora, la actividad de los lobos sigue presente y parecen no temer la mano del hombre, pues la mañana de ayer se acercaron al campo para seguir alimentándose de los cadáveres que todavía se encontraban allí. Ahora Losada asegura que cambiará su rutina para que no se repita el suceso, pues antes acostumbraba a dejar las ovejas libres, bajo el control de los perros pastores, y se acercaba por los campos a llevarles agua a las reses. Ahora admite que le supondrá más trabajo, pues se ve obligado a recoger a los animales por las noches y a acercarse al lugar más a menudo para vigilar y evitar más incidentes. El ganadero admite que esto le supondrá una gran pérdida económica, pues tiene que reponer las ovejas muertas y las que no nacerán.

En los últimos años han aumentado en gran medida los ataques de lobos al ganado doméstico, posiblemente debido a la intromisión del ser humano en el hábitat natural de los cánidos. La escasez de alimento también los obliga a acercarse a los lugares poblados para obtener comida, algo extremadamente peligroso tanto para lobos como para humanos, sobre todo en el ámbito rural.

El dueño del ganado asegura que todas las ovejas que sobrevivieron abortarán por el estrés del incidente