Comisión de quejas, termómetro de la eficacia municipal

Enrique Gómez Souto
enrique G. Souto LUGO / LA VOZ

LUGO

Conseguir el cambio de ubicación de una farola del alumbrado puede requerir más de un año de espera

31 ene 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Un año para conseguir que el Ayuntamiento cambie el emplazamiento de una farola. Aceras con diseños y deficiencias que crean problemas a los vecinos. Bandas rugosas necesarias que no acaban de ser instaladas. Son algunas de las reclamaciones que llegan cada mes al Ayuntamiento, firmadas por ciudadanos que sufren a diario las molestias de pequeñas deficiencias urbanas fácilmente subsanables. No son obras de alto coste; son intervenciones mínimas que, bien ejecutadas, hacen más cómoda la ciudad. Ayer se reunió la comisión municipal de quejas y sugerencias.

En octubre del 2010 una comunidad de vecinos de la calle Doña Urraca solicitó el cambio de ubicación de una farola de Pintor López Guntín, porque temían que, sirviéndose de ella, los cacos pudiesen acceder a algunos pisos. En diciembre del año pasado, la comunidad insistió en su demanda. Según algunos vecinos, la solicitud fue atendida la semana pasada, en vísperas de la reunión de la comisión de quejas. Hay quien ve en asuntos como éste un buen modo de medir la eficacia de la gestión municipal.

Los vecinos descubren poco a poco la existencia de la citada comisión. En la primera quincena del mes en curso, un vecino denunció el rápido deterioro que sufre la urbanización de Duquesa de Lugo y su entorno, en el tramo comprendido entre la calle Monforte y la rotonda del enlace con el acceso a As Gándaras.

Las quejas alcanzan a casi todos los servicios municipales. Tampoco se libra el de cementerio. Entre las que llegaron al Concello de Lugo figura una en la que se exponen las dificultades para adquirir una sepultura en fin de semana. No es posible y la solución es, según parece, efectuar el enterramiento en un emplazamiento provisional en el cementerio y después realizar el traslado de los restos.

Hay vecinos que se sienten marginados por el Ayuntamiento. Uno de ellos, residente en la Rúa Deputación expone al gobierno local que en las dos últimas décadas no hubo mejoras en esta vía. Dice que las aceras están en malas condiciones, así como la calzada. También hay, según el reclamante, canalones rotos gracias a los cuales los vecinos reciben, sin desearlas, duchas frías en los días de lluvia.

A finales del pasado mes de diciembre hubo una queja que apunta a posibles deficiencias en la custodia de datos particulares en el Concello.

La lista de reclamaciones es larga. En Montero Ríos hay quien está harto de los excrementos de chucho que adornan las aceras. El reclamante avisa de que tan resbaloso pavimento constituye un riesgo para todos los peatones, pero, y así lo reseña, especialmente para los invidentes. Peligroso es también que, como ocurre en San Roque, no se respeten los pasos de peatones. Por eso, un vecino demanda que en esta calle sean instaladas bandas rugosas. Según parece, sabe de que habla por propia experiencia.