Xulio R. Trigo: «Una novela es un mundo donde el lector debe quedarse a vivir»

Beatriz Pérez BARCELONA / E. LA VOZ

CULTURA

jaime abascal

El escritor nacido en Betanzos acaba de publicar «El objetivo del crimen» con la que inicia una serie policial sobre el mundo de la fotografía clásica

23 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

A finales de la Segunda Guerra Mundial, el ejército ruso entra en Berlín, confisca la fábrica de cámaras Contax y la instala en Kiev. Para ponerla en marcha, secuestra también operarios. Uno de ellos es una niña de 12 años, Erika Ernemann, quien se refugia en la fotografía para soportar los horrores de su rapto. Es el arranque de El objetivo del crimen (Ediciones B), la última novela de Xulio R. Trigo (Betanzos, 1959), gallego llegado a Cataluña de niño. Es por eso que esta novela, la última de la docena que Trigo tiene publicadas, está escrita originariamente en catalán. Con El objetivo del crimen el escritor inicia una serie policial sobre el mundo de la fotografía clásica.

-En el libro aúna sus dos pasiones: literatura y fotografía.

-Sí. De pequeño, cuando viajaba con mis padres, llevaba siempre una cámara Kodak fiesta y un cuaderno de notas. Siempre he utilizado la fotografía para documentar mis novelas. Soy el típico escritor que cuando ha de escribir sobre un espacio determinado, va con la cámara y hace tres mil fotos. Para mí es importante ver el espacio a través de un objetivo. El título de la novela juega con ese doble significado. Así nace la historia de la serie Manual lens -El objetivo del crimen es el número uno- y de cómo conocí a Erika Ernemann, una fotógrafa alemana.

-Porque lo más sorprendente es que Ernemann existe de verdad.

-Sí, tiene 84 años. A Erika Ernemann -que es un seudónimo porque ella no quiere saber nada- me la encontré en Girona hace tres años. Yo llevaba una cámara Nikon analógica y una señora se me acercó y me dijo: «¿No debería ser al revés?». Al principio no supe qué decir, pero luego vi que ella llevaba una Fujix pequeña digital y entonces lo entendí todo. A partir de ahí empezamos a hablar y me contó su historia, que es la base de toda la serie Manual lens. Fue un encuentro absolutamente iluminador. He de matizar que mi novela es ficcional, pese a que he utilizado muchas cosas de su vida.

-¿Cómo se estructura la novela?

-Tiene dos partes, una ambientada en el año 46, cuando Erika era una niña que trabajaba en la fábrica de cámaras Contax y que es secuestrada y trasladada a Kiev por el ejército ruso. La segunda parte, más amplia, se desarrolla en los años 60 en Barcelona, cuando Erika ya es adulta y, como policía, tiene que investigar unos asesinatos. Porque todo lo ocurrido en el pasado en Kiev acaba siendo muy importante para la historia posterior de Erika en Barcelona. Los asesinatos que investiga tienen que ver con ese pasado suyo.

-¿Qué significa la fotografía para Erika Ernemann?

-Erika sigue el ejemplo de un fotógrafo checo que admira mucho, Josef Sudek, quien hacía fotos de Praga. Durante la primavera de Praga, los rusos entran en Checoslovaquia y Sudek, temeroso, decide no salir de casa. Así que acaba haciendo fotografías de un pequeño trasero patio con flores. Estas fotografías han pasado a la historia porque son extraordinarias. Así que cuando Erika está en cautiverio, hace como Sudek y acaba haciendo estas fotografías más intimistas, más cercanas.

-Usted ha escrito novelas históricas ¿Cómo clasifica «El objetivo del crimen»?

-No diría que es novela negra, sino más bien policial. Aunque también aquí he aprovechado mi experiencia como novelista histórico. Quise hacer una novela muy bien documentada y trabajar mucho la estructura.

-Pero en sus novelas sí tiende a haber una preocupación por una época histórica concreta...

-Lo hago porque una novela es un mundo al que el lector llega y donde debe quedarse a vivir, aunque sea unas horas o unos días. Debe encontrarse todo eso que le haga sentirse a gusto: el ambiente, todo lo que rodea a los personajes...